Interior investiga si ETA está tras el disparo a un militar en San Sebastián
El sargento recibió un balazo en el hombro tras forcejear con su agresor
Un sargento del Ejército recibió anoche un balazo en el hombro izquierdo, supuestamente disparado por un hombre alto que le abordó desde un seto en un oscuro camino rural junto al acuartelamiento de Loiola, en San Sebastián. Aunque la víctima, el lugar y las circunstancias apuntarían sin lugar a dudas a que M. R. V. fue víctima de un atentado de ETA, en la madrugada de hoy ni una sola fuente de la lucha antiterrorista, oficial u oficiosa, se atrevía a afirmar que los sucesos de Loiola eran un asesinato fallido de la banda terrorista.
El sargento ha declarado que sobre las diez de la noche salió del cuartel donostiarra de Loiola para dirigirse hacia la residencia militar de Martutene, siempre en la periferia de San Sebastián. El hombre tomó el camino de Uba, un sendero poco iluminado, por el que apenas pasan vehículos. El militar ha explicado que de los arbustos de un lado del camino salió un hombre alto, con un arma en la mano.
Las primeras versiones eran aún más confusas. Inicialmente, se dijo a que el disparo había salido desde el borde del camino. Luego que el militar había sido abordado por dos hombres, que le habrían disparado dos veces por la espalda, aunque sólo una bala le alcanzó el hombro.
M. R. V. le ha contado a la Ertzaintza que tuvo tiempo de desviar la mano de su asaltante, que supuestamente le apuntaba a la cabeza, y forcejear con él. Fue entonces cuando recibió el disparo. La víctima presenta una herida de bala con entrada por la parte delantera del hombro izquierdo y salida por la zona del omoplato y su vida no corre peligro, según el parte médico facilitado tras su ingreso en el Servicio de Urgencias del Hospital Donostia, donde está siendo atendido. Su vida no corre peligro.
El militar añadió que mientras caía tuvo tiempo de agarrar su propia arma y hacer al menos dos disparos contra su agresor, que habría huido a la carrera por la oscuridad. El hombre, en ese momento, tomó su teléfono y llamó a los servicios de emergencia y a una familiar suya en Cantabria.
Las primeras comunicaciones de los servicios policiales y de emergencia no dejaban lugar a dudas: atentado en San Sebastián. Todos los datos apuntaban a ETA. Pero a medida que se iban conociendo detalles de los hechos y de la declaración del militar herido, comenzaron a surgir dudas. Ni la Ertzaintza, la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía, el Departamento de Interior vasco o el Ministerio del Interior quisieron confirmar anoche expresamente la autoría etarra. "Qué raro", coincidían en afirmar todas las fuentes.
No obstante, tampoco ninguna de las instituciones citadas se atrevía a descartar a ETA. La munición hallada en la zona es del calibre nueve milímetros parabellum. Es la habitualmente utilizada por ETA, pero ni con ésas los servicios antiterroristas confirmaban la autoría de la banda terrorista y argumentan lo confuso del relato del herido anoche.
De tratarse de un atentado de esta organización, sería el segundo fallido en una semana, tras el intento de asesinar con una bomba lapa al escolta Gabriel Ginés, el pasado día 9. También sería la segunda vez que la banda dispara contra una víctima pero falla. El ex consejero socialista vasco José Ramón Recalde salvó la vida de milagro en septiembre de 2000, cuando una mujer le abordó cerca de su casa, en el barrio donostiarra de Igeldo, y le disparó en la cabeza. Al girarse, la bala le entró al político por la mandíbula. En aquellas fechas, acababan de ser detenidos 20 dirigentes de Herri Batasuna.
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