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Reportaje:

Habitantes frente a ciudadanos en la Unión Europea

La distribución de escaños en la Eurocámara es un nuevo obstáculo para el Tratado

Andreu Missé

Habitantes o ciudadanos. ¿Qué es lo que cuenta? Éste es el último debate que inquieta ahora a ciertos líderes europeos. Cuando parecía que el camino de la reforma del Tratado de la UE estaba despejado, salvo lo que tengan en mente los líderes polacos, los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, un nubarrón imprevisto aparece en el horizonte. Esta vez es a cuenta de Italia, envuelta en su particular crisis política interna, la que sacude el tablero. Instalada en el mundo de los símbolos, para Roma no es de recibo perder la paridad en la Eurocámara. En palabras, del primer ministro, Romano Prodi, resulta "inaceptable" la nueva distribución de escaños en el Parlamento Europeo aprobada la semana pasada, que atribuye a su país un escaño menos que a Reino Unido y dos menos que a Francia, cuando hasta ahora, los tres Estados habían gozado del mismo número de representantes. Si se consolida el acuerdo Italia será menos que los otros dos grandes.

El socialista Carlos Carnero asegura que "España es el país que más gana"
El primer ministro italiano considera "inaceptable" la nueva distribución de escaños

La cuestión está en que el acuerdo sobre la distribución de escaños en la Eurocámara requiere el respaldo político, aunque no jurídico, de Consejo Europeo que se celebrará esta semana en Lisboa. La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno tiene como objetivo fundamental aprobar la reforma del Tratado de la UE.

Después de los noes de Francia y Holanda a la Constitución Europea, bajo la batuta de la canciller alemana Angela Merkel, la UE ha consensuado una nueva reforma de contenido sustancialmente equivalente; pero que la mayoría de sus modificaciones no entrarán en vigor hasta 2014 (aspectos de Justicia e Interior) o 2017 (sistema de votación por mayoría cualificada). La presidencia portuguesa cruza los dedos para que su anhelado Tratado de Lisboa no se vea enturbiado por esta repentina disputa.

La nueva distribución fija en 750 el número de escaños, lo que supone un aumento de 14 respecto a los aprobados en Niza (736), pero una reducción con relación a los existentes actualmente (785), por la ampliación generada por la entrada de Bulgaria y Rumania en la UE. El pasado viernes el Parlamento aprobó el informe elaborado por los diputados Alain Lamassoure y Adrian Severin, que otorgaba una nueva distribución de acuerdo con "el principio de la proporcionalidad decreciente" al número de habitantes. El marco del nuevo Tratado establece un Parlamento de 750 escaños, con un máximo de 96 para el país más poblado y un mínimo de seis para el menos poblado.

Es decir, el número de escaños deberá variar según la población. A Alemania, con una población de 82,4 millones de habitantes, se le otorgaron 96 escaños, tres menos de los que tenía, según Niza. Francia, con 62,8 millones, gana dos puestos y queda en 74 eurodiputados; Reino Unido, con 60,4 millones, logra uno más (73), mientras que Italia, con una población reconocida de 58,7 millones, se queda con los escaños que tenía en Niza, 72.

Roto el equilibrio, rota la paz. Italia insiste en que el Tratado "habla de ciudadanos y no de habitantes", asegura su portavoz oficial en Bruselas. Los expertos aseguran que el concepto de ciudadano, vinculado a la nacionalidad, que varía en cada país, es muy complejo y conduce a un debate interminable. Mientras que el concepto de habitantes es sencillamente el de residentes, y por esto es el que se ha elegido para calcular el número de diputados. "El problema", añade, "es que muchos ciudadanos italianos viven en Francia, Alemania, Bélgica o Reino Unido, contribuyendo a aumentar la población de estos países y no cuentan en Italia". "Además", añade, "Italia tiene menos emigrantes que estos países". "Lo que está claro", concluye, "es que nuestro país tiene más ciudadanos que Francia o Reino Unido, por esto no puede tener una menor representación".

España es el país que ha salido mejor librado del acuerdo al ganar cuatro diputados respecto a Niza y situarse en 54. El eurodiputado socialista Carlos Carnero considera que "la distribución es positiva pues garantiza elegir en 2009 una Eurocámara plenamente representativa al corregir los defectos del Tratado de Niza. España es el país que más gana, con el 25% de los nuevos escaños a distribuir". "Así", añade, "se recuperan los injustificadamente perdidos en Niza".

Prodi ha asegurado que este debate no tiene nada que ver con el nuevo Tratado al que su país dará su apoyo. Sólo lo pide que se revise el acuerdo del Parlamento después de la cumbre, antes de la entrada en vigor del Tratado, que en principio será en 2009. Pero el asunto de los escaños se discutirá en Lisboa en la misma mesa que el Tratado y todos se tientan la ropa para que un asunto no contagie a otro.

El primer ministro italiano ha querido tranquilizar a los líderes europeos asegurando que su reivindicación "no tiene nada que ver con el Tratado en sí mismo". Ha reiterado que "el Tratado puede ser aprobado sin que ello tenga ningún impacto en el número de escaños en el Parlamento". Lo que quiere Italia es que la distribución de escaños no aparezca en el texto del nuevo Tratado Europeo.

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