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Un antiguo jefe de las tropas de EE UU en Irak califica el conflicto de "pesadilla sin fin"

El general Sanchez considera que Bush ha manejado la guerra de forma incompetente

Antonio Caño

Un ex comandante de las tropas norteamericanas en Irak, el general retirado Ricardo Sanchez, ha criticado en términos inusualmente duros la guerra de Irak, de la que ha dicho que se ha convertido "en una pesadilla sin fin", así como el manejo "incompetente" que la Administración de George Bush ha hecho de ese conflicto. Sánchez, cuyo mando en Irak duró un año (entre 2003 y 2004), se mostró también pesimista sobre los actuales planes del Gobierno en aquel país, que consideró como un esfuerzo "desesperado" de conseguir una estabilidad que, desde su punto de vista, es inalcanzable.

"Después de más de cuatro años de combates, EE UU continúa su lucha desesperada en Irak sin una estrategia que conduzca a la victoria, tanto en ese país como en el conflicto más amplio contra el extremismo", declaró el militar.

Aunque otros generales y oficiales han criticado antes el desarrollo de la guerra, Ricardo Sanchez, que habló el viernes con un grupo de reporteros y editores especializados en asuntos militares, es el uniformado más veterano que se expresa en contra de la manera en que ha sido conducido el conflicto.

La veteranía de Sanchez no va, sin embargo, unida a su prestigio. Al recoger ayer la noticia, el diario The New York Times afirmaba: "Pero su propio papel como comandante en jefe durante el escándalo de Abu Ghraib lo hace vulnerable a la crítica de que ahora está desplazando la culpa de sí mismo hacia una Administración que en última instancia lo reemplazó y se negó a proponerlo al ascenso a general de cuatro estrellas, forzándole a retirarse". Sanchez nunca fue directamente acusado de responsabilidades por las torturas cometidas en Abu Ghraib, pero fue obligado a abandonar su puesto precipitadamente después de aquel episodio y nunca se le asignaron otras responsabilidades hasta su pase forzado a retiro en 2006.

Desde ese momento, Sanchez se había referido ya a Irak en términos críticos en otras ocasiones, pero nunca con la contundencia y ante un foro tan amplio como este viernes. The New York Times afirma que el militar piensa seguir denunciando la situación en Irak y que está considerando la posibilidad de escribir un libro.

Oficialmente no se ha producido ninguna reacción directa a las críticas de Sanchez. Una portavoz de la Casa Blanca, Kate Starr, se limitó a decir que el presidente apreciaba el servicio que Sanchez había hecho al país y que la Administración está ahora concentrada en que se cumpla el diagnóstico relativamente optimista que el actual jefe de las tropas en Irak, general David Petraeus, ha hecho sobre la marcha de la guerra.

En sus declaraciones a los periodistas, Sanchez criticó también de forma tangencial la visión de Petraeus. "Nuestros líderes", dijo, "siguen creyendo que la victoria se puede conseguir por el poder militar solamente, pero las continuas manipulaciones y los remiendos en nuestra estrategia militar no conseguirán la victoria".

Durante su etapa en Irak, el general Sanchez fue uno de los que ratificó, aunque fuera con su silencio, la estrategia que infravaloró la capacidad de los insurgentes y creyó suficiente el despliegue de un reducido número de tropas para el control de Irak. Cuando Sanchez entregó el mando al general George Casey, éste modificó el rumbo de la guerra y concentró a las tropas en el combate a la insurgencia. Para entonces ya era obvio que el cálculo de fuerzas en Irak había sido incorrecto y que el diseño de la posguerra, atribuido al entonces secretario de Defensa Donald Rumsfeld, había sido equivocado.

Sanchez no mencionó en sus críticas a Rumsfeld, al que, aparentemente, le une una buena amistad. Eso no fue, sin embargo, suficiente como para que el general retirado fuese propuesto para un ascenso a general de cuatro estrellas, que hubiera obligado a la Administración a un difícil debate de confirmación en el Congreso.

Ceremonia en Arlington (EE UU) en memoria de los 12 soldados de la Guardia Nacional que fallecieron en un accidente en Irak el pasado enero.
Ceremonia en Arlington (EE UU) en memoria de los 12 soldados de la Guardia Nacional que fallecieron en un accidente en Irak el pasado enero.EFE

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