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Investigadores de la Universidad de Barcelona ganan un premio anti-Nobel

Los científicos realizaron pruebas de comprensión fonética con ratas

Las ratas son capaces de distinguir entre el holandés y el japonés hablado al revés. Así lo confirmó un estudio realizado por el Grupo de Investigación en Neurociencia Cognitiva (GRNC), de la Universidad de Barcelona. El estudio fue galardonado en la categoría de Lingüística de los premios IG Nobel que promueve la revista humorística de ciencia Annals of Improbable Research, que destaca los trabajos de investigación más absurdos.

El estudio fue firmado por Juan Manuel Toro, Josep Batista Trobalón y Núria Sebastián-Gallés, los tres del grupo de investigación adscrito al Parque Científico de la UB. "Son estudios improbables que hacen reír y luego pensar", afirman los promotores del premio. Una bomba antigay para desmoralizar a las tropas enemigas ganó el premio de la paz de la 17ª edición de los premios IG Nobel, entregados en la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

"El premio es un reconocimiento internacional a la calidad de la investigación, porque fue publicado en una relevante revista científica", dice Josep Batista Trobalón, coordinador del GRNC. El artículo premiado se publicó en el año 2005 en la revista Journal of Experimental Pychology: Animal Behaviour Processes. En ese trabajo los investigadores descubrieron que la discriminación entre distintas lenguas, un fenómeno que hasta entonces se pensaba que era exclusivo de la especie humana, aunque aparece en el simio tamarín, también se presenta en las ratas, un animal que no tiene comunicación fonética, explica el investigador catalán. Los resultados de los experimentos con ratas también demostraron que, como sucede con los humanos, si las frases son pronunciadas al revés, no las entienden, al margen que distingan idiomas.

La cara seria del experimento de la Universidad de Barcelona es que podría tener aplicaciones prácticas. En la actualidad, este grupo científico intenta comprender mejor cómo funciona el lenguaje humano; de conseguirlo, sería posible diseñar protocolos de entrenamiento para personas que sufren determinadas patologías.

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