Teves, la tele revolucionaria que nadie ve
El canal con el que Chávez sustituyó a la opositora RCTV apenas tiene audiencia
Cuando el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, decidió el pasado 27 de mayo no renovar la licencia del canal Radio Caracas Televisión (RCTV), el antichavismo perdió su minarete más alto, una emisora con más de un 30% de audiencia que llegaba a todos los pueblos del país. Una parte de los estudiantes emprendieron movilizaciones y la popularidad de Chávez conoció sus momentos más bajos en las encuestas. RCTV pasó a emitir por cable, con la cual sigue atacando al Gobierno, aunque llegue sólo a la población que puede costearse este servicio.
El Gobierno sustituyó RCTV por un canal que iba a ser del pueblo y para el pueblo, una emisora con vocación de servicio público, sin espíritu lucrativo, un medio que no hiriese la sensibilidad de los niños, donde se viera reflejada la gente y donde primase la independencia. Ese medio se llama Teves (Fundación Televisora Venezolana Social). Emite las 24 horas y llega a cada rincón de Venezuela, como llegaba RCTV con sus telenovelas y su información antichavista. Pero la televisión revolucionaria apenas se ve. Es de servicio público, pero sin público. Y eso, a pesar de que en los meses de junio y julio se benefició de los derechos de transmisión de la copa de fútbol de América, que le otorgó el canal de Chávez. Esos meses, la audiencia fue del 8,9% y 8,3%, respectivamente, según AGB Panamericana, única empresa de medición en Venezuela. Pero en agosto la audiencia bajó al 6%, en septiembre al 4,6 y en lo que llevamos de octubre se encuentra en el 3,6%.
"Los directivos miran al Gobierno para ver si lo están haciendo bien", dice Wilpert
"Teves es un puro enlatado, es como una colcha fabricada con muchos retazos que han tomado de distintas partes y las han pegado", señala Enrique Alvarado, vicepresidente del canal privado Televen. Alvarado reconoce que su canal y la otra gran emisora privada, Venevisión, han recogido el caudal de espectadores que dejó RCTV.
En Teves se pueden ver reportajes sobre escuelas de poder comunal, programas sobre artesanía venezolana, un espacio de salud en el que una mujer, en una esquina de la pantalla traduce para los sordomudos las palabras del médico, programas sobre música caribeña (la directora de Teves es especialista en este apartado). Las pausas publicitarias las aprovecha el Gobierno para anunciar su programa de cambio de moneda, del bolívar al bolívar fuerte. Y en estos días, se aprovecha para homenajear al Che Guevara, con citas suyas entre programas... pero nada de ello ha calado en la sociedad. No hay ningún programa realmente popular.
El único momento en que su programación puede competir con el resto de cadenas públicas y privadas es cuando Chávez emite su programa Aló presidente o cualquier alocución de las llamadas "en cadena". Entonces, las emisoras públicas y privadas están obligadas a interrumpir su programación y emitir las palabras del presidente.
Este periódico ha intentado sin éxito contactar con la directora de Teves, Lil Rodríguez. El vicepresidente del canal público de información Telesur, Yuri Pimentel, reconoce que no hubo un "tiempo de maduración adecuado" para crear la emisora. "Montar un canal no es fácil. A veces se tarda un año o dos. Y en Venezuela hay escasez de profesionales de altos vuelos, tanto en el sector público como en el privado". "Probablemente Chávez cambie de director del canal en cualquier momento", señala el sociólogo Gregory Wilpert. "El problema es que no se ha cumplido aún con la promesa de que sería un canal independiente. Los directivos miran constantemente al Gobierno para ver si lo están haciendo bien y así no hay creatividad", añade Wilpert.
El investigador griego Dimitris Pantoulas, profesor de ciencias políticas en la universidad británica de Bath, y residente en Venezuela en la actualidad, escribió en su día a favor de "la no renovación de RCTV, porque creía que cualquier país tiene derecho a regular su espacio radioeléctrico. Pero ahora se encuentra un poco desencantado. "Teves se presentó como un canal que iba a elevar la cultura de la población, iba a ser un bueno ejemplo para el resto de los canales, iba a respetar la pluralidad, iba a ser cogestionado por el pueblo; el pueblo iba a decidir qué ver. El canal no iba a imponer cómo tenía que ser informado el pueblo. Pero tras cinco meses, el canal está bajo las esperanzas de muchos. Todavía no tiene una clara orientación. Está en fase de improvisación y el resultado, bueno o malo, tardará en salir".
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