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La Generalitat prevé que el puerto de Sant Carles de la Ràpita esté descontaminado antes de final de año

El puerto de Sant Carles de la Ràpita (Monstià) quedará limpio de elementos contaminantes antes de final de año. Ésta es la previsión del Ejecutivo catalán, que ayer entregó a la Agencia Catalana de Residuos el plan para descontaminar un puerto deportivo, pesquero y comercial que bajo sus aguas esconde arsénico, plomo y piritas en más de 1.000 metros cuadrados. Estas sustancias, descubiertas a raíz de unas obras de ampliación de las instalaciones, llegaron al agua con toda probabilidad entre 1996 y 1997 provenientes de una antigua fábrica de fertilizantes de Ercros en desuso que el consistorio había adquirido a principios de la década de 1990 y decidió demoler.

El director de Política Territorial en las Tierras del Ebro, Antoni Sabaté, aseguró ayer que mientras duren las labores de descontaminación no se verá afectada ni la actividad pesquera ni las industrias de cultivo de mariscos. De hecho, el Instituto de Investigación Tecnológica y Alimentaria lleva a cabo mediciones periódicas de las aguas en el delta del Ebro, donde se cultivan todo tipo de moluscos, y nunca sus análisis han detectado ni plomo, ni arsénico ni piritas.

La Agencia de Residuos deberá autorizar el plan de descontaminación propuesto por Política Territorial. "Una vez que nos autoricen, podremos comenzar las obras en una semana", añadió ayer Antoni Sabaté.

La Administración aún no ha decidido el destino de estos residuos. Se trata en su mayoría de material sólido, que antes de arrojarse al mar fue parte de las paredes de la fábrica de Ercros, donde las partículas tóxicas se habrían acumulado a lo largo de los años. Aún quedan por hacerse sobre el terreno los análisis más detallados, que deberán definir la toxicidad de los residuos para destinarlos a su vertedero correspondiente. No existe en las Tierras del Ebro ninguna instalación autorizada a recibir residuos clasificados como de clase 3 y, si éste fuera el caso, el material contaminado de Sant Carles de la Ràpita tendría que ir al centro de tratamiento de residuos especiales de la comarca de Anoia.

El consistorio local ya asumió su responsabilidad en este episodio de contaminación. Entre 1996 y 1997 el Ayuntamiento trataba de ampliar una zona del puerto ganando terreno al mar. El consistorio tenía permiso del Gobierno catalán para verter escombros en esta zona, aunque no para verter residuos contaminados. La empresa que contrató el municipio para demoler la fábrica de fertilizantes de Ercros vertió entre 8 y 10 camiones llenos de este material, hasta que se advirtió el problema y se frenaron los vertidos de materiales contaminantes.

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