Suráfrica rescata a 3.200 mineros atrapados en la mayor operación de salvamento en el país

Exhaustos, hambrientos y traumatizados, la mayoría de los 3.200 mineros atrapados desde el miércoles a 2.000 metros de profundidad en el pozo Elandsrand, cerca de Johanesburgo, fueron emergiendo ayer con lentitud. Se trata de la mayor operación de salvamento llevada a cabo en una mina surafricana. Aunque quedan cientos por salir, las autoridades creen que el rescate concluirá con éxito en unas horas. Este accidente ha vuelto a poner en el punto de mira a las compañías mineras que, en su afán por obtener más producto, operan cada vez a mayor profundidad.

La lentitud de la operación se debió a que el accidente inutilizó el ascensor y se tuvo que improvisar el uso de un montacargas destinado al transporte de rocas y en el que sólo cabían 75 personas. A dos kilómetros bajo tierra, los trabajadores se quedaron a oscuras, sin comida, muchos sin agua y con temperaturas de 40 grados.

Según Lizette du Toit, portavoz de Harmony, propietaria de la mina de oro, los trabajadores disponían de agua y ventilación suficiente. Sólo un minero tuvo que ser asistido por deshidratación y trasladado al hospital.

Cada grupo de 75 que alcanzaba la superficie era recibido por sus compañeros con gritos de júbilo y cánticos. Tras recibir comida eran trasladados a su alojamiento. "Una pesadilla", fue la descripción del minero Caswell Kabonga, "hace mucho calor allá abajo y ahora mismo sólo quiero comer".

La compañía debería haber dispuesto una salida secundaria en la mina, "así lo dice nuestra legislación, tiene que estar disponible para los trabajadores en todo momento", dijo May Hermanus, directora del Centro para la Sostenibilidad en Minería e Industria de Johanesburgo. Los sindicatos dicen que esa salida estaba inundada de agua.

El presidente de Harmony Gold, Patrice Motsepe, aseguró que el accidente había supuesto "una llamada de atención para todos; tenemos que volver a comprometernos en centrarnos en la seguridad de nuestras minas". Aun así, la portavoz Du Toit negó una presunta negligencia y aseguró que la seguridad en el pozo se controlaba semanalmente y que la última inspección se había realizado el sábado.

A la mina, cercana a la localidad de Carltonville, se trasladó la ministra de Energía y Minerales, Buyelwa Sonjica, que dictaminó que el pozo permanecería cerrado "entre tres y seis semanas, tiempo suficiente para reparar los daños y realizar una investigación. Si ha habido negligencia, pediremos responsabilidades".

Sonjica negó que la seguridad en las minas surafricanas esté en crisis: "No lo llamaría crisis, dado que la minería es un sector que entraña riesgos, pero sí creo que la situación se puede mejorar", aseguró la ministra.

El año pasado fallecieron 113 mineros en Suráfrica. Desde 1904, la cifra se eleva a 50.000.