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Entrevista:

"Tengo menos ganas de ver y hacer cosas"

Alfaro recorre 50 años de su trayectoria en el IVAM a través de 91 obras de su colección particular

Ferran Bono

Andreu Alfaro entra a la sala y gira a su izquierda. "Mira, es mi homenaje a Joan Fuster", dice acercándose a la obra, rematada con un bigotito y unas gafas de acero. Es, posiblemente, la escultura más figurativa de las 91 que componen la exposición que ayer se inauguró en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). Alfaro se vuelve a girar y señala La veu d'un poble, escultura abstracta de hierro cromado realizada en 1962 como tributo a la canción Al vent y revisada hace dos años. "Esta es para el Raimon", comenta en referencia al cantante, otro de sus grandes amigos.

Son piezas de las más recientes, de las más estimadas por el artista y de las menos vistas por el público. La mayoría no se han exhibido nunca. No en vano, todas las obras pertenecen a su colección particular, a excepción de Las afinidades electivas, que es del museo. No llegó a vender algunas; de otras no quiso desprenderse; y las hay que incluso recompró y restauró. Es el Alfaro más íntimo.

"Puedo tener buen aspecto, sí, pero no es verdad. Estoy baldado".
"Si en mi obra hay una característica, esta es la diversidad; he usado todo tipo de materiales"

"Observo que los artistas jóvenes sólo quieren ser únicos, ser los primeros, pero al final lo que hacen es repetir", comenta el escultor mientras avanza por las salas de la exposición que permanecerá abierta hasta el 9 de diciembre. A sus 78 años no tenía muchas ganas de meterse en el jaleo que supone montar una gran muestra. Hace unos años sufrió un bajón de salud. Ayer, sin embargo, se le veía muy contento mirando la muestra. "He hecho unas 2.260 obras, pero me gustaría haber hecho más. Me han quedado cosas por hacer", reconoce. "Ahora tengo menos ganas de ver coses y de hacer cosas", agrega.

El conjunto de su obra le ha otorgado la consideración de ser uno de los más importantes escultores españoles de la segunda mitad del siglo XX. "Puedo tener buen aspecto, sí, pero no es verdad. Estoy baldado. Mira de qué me ha servido hacer tanto deporte...", dice medio en broma.

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El escultor valenciano practicó el submarinismo, la natación y el baloncesto, trabajó en un matadero, afiló los cuchillos de su padre carnicero; siempre admiró el trabajo artesano. Por sus manos ha pasado todo tipo de material, como queda patente en la exposición.

"Si hay una característica en mi obra es la diversidad; que he usado todo y he hecho un poco de todo", dice quien, no obstante, se ha solido identificar con su obra pública de acero inoxidable que puebla numerosas calles españolas, europeas y americanas.

"Demasiadas veces, [Alfaro] es sólo admirado por sus generatrices", señaló ayer el comisario de la muestra, Vicente Jarque. Aludía a las grandes esculturas realizadas a partir de una sucesión de varillas metálicas en función de una ley matemática. Alfaro "es un artista reconocido, pero poco conocido", añadió.

De la madera, el escultor destaca "su ductilidad y la facilidad para encontrarla" y reconoce su preferencia por la antigua, la procedente de derribos; del mármol, "su sensualidad, por algo los griegos ya lo utilizaban"; del acero, "sus múltiples posibilidades, puedes hacer lo que quieras y puede ser indestructible, si lo tratas bien"; y del plástico, "su transparencia".

¿Y qué experimenta el artista cuando recorre una ciudad y de repente ve en la calle una obra suya que había olvidado? "Me gusta, claro, pero de inmediato me fijo en si se conserva bien. Y la verdad es que la mayoría se conserva bastante bien. Procuro no pintarlas".

En la exposición hay un poco de todo. Piezas desde finales de la década de los cincuenta hasta la actualidad. Alguna jamás había salido de su casa. Es el caso de Cornelia. "Ha sido precisa, incluso, la intervención de la familia para convencerle de que la sacara para esta ocasión", apuntó el comisario.

"Ahora ya trabajo muy poco", indica Alfaro conforme se apoya, para ser fotografiado, en el pedestal de una elegante escultura que forma parte de su homenaje a Goethe, un escritor con una notable influencia sobre su trayectoria y vida. "No he sido siempre sincero, pero lo he intentado. Por eso siempre he sentido una enorme admiración por Goethe, como hombre y como literato, porque era comedido, no se pasaba de la raya, pero siempre decía lo que pensaba".

Tampoco Alfaro ha ocultado su opinión, ni su compromiso político y social, "de izquierdas", participando activamente en numerosos frentes cívicos en defensa de su lengua autóctona, de su cultura y de cualquier otra cuestión de su interés. En ese sentido, ha seguido una trayectoria paralela a la de su amigo Antoni Tàpies. "El mundo es tan diferente al que queríamos... Pero este mundo que queríamos no es posible. Porque todo está corrompido. Bueno, tampoco todo", apostilla.

Como prueba de que mantiene intacto su espíritu crítico, el escultor arremete contra "los arquitectos de fachadas". "Una cosa importante de la Bauhaus, de Gropius, era la importancia que le daban a la planta del edificio. Ahora, los arquitectos sólo hacen fachadas, como Calatrava y su Ciudad de la Artes, y no se preocupan por el interior, que es donde vive el hombre".

Al rescate del artista llega la directora del IVAM, Consuelo Ciscar. Más tarde, Ciscar explicó que la retrospectiva de Alfaro se gestó para celebrar el 18 aniversario del museo. No en vano, el escultor fue uno de los promotores artísticos de la creación del IVAM, junto a Manuel Valdés.

"Yo lo único que quería era que Valencia tuviera un museo en el que se pudieran celebrar exposiciones", dice el artista, ya en la conferencia de prensa. Recuerda que la idea del IVAM comenzó durante una de sus exposiciones en Barcelona, a cuya inauguración acudió Ciprià Ciscar [como ex consejero de Cultura]. "Me preguntó cuándo podríamos hacer algo así en Valencia y nos dimos cuenta de que no se podía realizar porque no había un espacio. Y ahí empezó todo", rememora.

Alfaro expuso en el IVAM en 1991 y "ahora porque me ha dado la lata" Consuelo Ciscar, apostilla con humor, al lado de la directora. El creador insistió en que, hace dos décadas, le faltaba a Valencia un lugar que fuera importante para los artistas que podían triunfar y, sobre todo, para los artistas que pudieran enseñar su obra. El IVAM ha hecho una parte de eso, otra parte no, porque no es fácil".

Sobre el proyecto de ampliación del IVAM, que sigue paralizado a pesar de los anuncios y la negativa de la Generalitat, Alfaro no quiso pronunciarse: "Porque nadie me ha pedido nunca mi opinión ni mi criterio, y no me corresponde a mí pronunciarme sobre eso".

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con textos de Jarque, Francisco Calvo Serraller, Tomás Llorens o José Francisco Yvars.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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