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Reportaje:

Un dólar agujereado

La depreciación de la moneda de EE UU respecto al euro puede tener consecuencias positivas a medio plazo

En economía, muchas veces las cosas no son como parecen. Y mucho menos cuando intervienen factores psicológicos, como los que suponen las cifras redondas o la superación de determinados récords. Las consecuencias a medio y largo plazo de tener que pagar ahora más de 1,41 dólares para comprar un euro son positivas, ya que suponen una mejora de la economía de EE UU y un freno para la subida de los tipos de interés en Europa.

Todavía puede haber sorpresas adversas en las entidades financieras de EE UU que empujen hacia abajo la cotización del dólar
Una de las manifestaciones de la trascendencia que en economía tienen los aspectos psicológicos es la importancia que se suele dar a los récords

Una de las manifestaciones de la trascendencia que en la economía tienen los aspectos psicológicos es la importancia que se suele dar a los récords y a los números redondos. En ese sentido, la moneda europea, que ha seguido avanzando en su camino de reforzamiento frente a la divisa estadounidense, superaba una paridad, hasta ahora desconocida, de 1,40 dólares por euro.

Pero más que una consecuencia de la buena salud europea, este registro se debe a las deficiencias de la norteamericana y a las turbulencias que atraviesa desde este verano, por lo que es de esperar que a corto plazo se siga avanzando con nuevos récords. Sobre todo teniendo en cuenta que, como señala el responsable internacional de una gran entidad financiera española, todavía pueden aparecer más sorpresas negativas en los mercados ante la poca transparencia de algunos productos y el hecho de que, en la valoración de algunos de los productos financieros más sofisticados, cuando no hay liquidez se aplican métodos de valoración internos a veces poco ajustados que posteriormente reflejan pérdidas superiores a las anunciadas. "Es probable que se destapen nuevos problemas por parte de las entidades que se crean para hacer operaciones fuera de balance, y que al seguir habiendo dificultades para emitir papel comercial a corto plazo se ven obligadas a deshacer sus posiciones de activos y puede haber alguna caída más", señala.

Es decir, que todavía puede haber alguna sorpresa adversa que siga empujando hacia abajo el dólar y que incluso la Reserva Federal baje los tipos más de lo que se espera y que este analista calcula en dos tramos de 0,25 puntos. "Si las cosas van mal, podría ir algo más allá incluso". De cualquier manera, salvo situaciones críticas, no espera que la paridad vaya más allá de 1,45 dólares por euro. "No vemos más recorrido".

El problema, además, si la situación fuera preocupante y la economía norteamericana no creciese más allá de un 1% el próximo año y la FED se viera obligada a seguir bajando los tipos, más que en la depreciación del dólar estaría en el crecimiento económico global.

Para José Manuel Amor, socio de Analistas Financieros, lo más normal es que el dólar continúe depreciándose. "La economía norteamericana tiene una necesidad de financiación externa brutal mientras que la rentabilidad de la inversión sea elevada, hay un cierto incentivo a seguir financiando inversiones en Estados Unidos".

A medio plazo calculan que el crecimiento estará por debajo de su potencial, que sitúan en un 3% a 3,5%, mientras que para este año la sitúan entre un 2% y un 2,2%, y el año que vienen incluso menos.

"Al final eso supone presiones para que el dólar siga depreciándose", señala Amor, para el que hoy perder de vista la balanza comercial de Estados Unidos está empezando a corregirse. "De hecho, las exportaciones han crecido el triple de lo que crecen las importaciones. Las primeras, en torno al 15%, y las segundas, al 5%. Aunque también es verdad que estas últimas son el doble en tamaño".

Hay por tanto una cierta expectativa y sobre todo esperanzas de que el déficit comercial de Estados Unidos se corregirá en los próximos años, sobre todo con un crecimiento lento de la economía. Algo que favorecerá también al dólar, aunque de momento atraviese por una situación de debilidad que puede llevarle incluso a cambios de 1,42 o 1,43 dólares por euro en los próximos meses, según Amor.

Esta última cifra se alcanzaría según sus cuentas en el primer trimestre de 2008; a partir de entonces se iniciará una cierta estabilidad en torno a 1,40 dólares, con apreciaciones a finales de año y principios de 2009 en torno a 1,37 y 1,35 dólares por euro.

El impacto, por tanto, en la economía europea va a ser relativo. Maite Ledo, economista jefe para Europa y Escenarios Financieros del BBVA, señala incluso que "no nos podemos olvidar de que esta apreciación del euro es buena, ya que genera un efecto de riqueza positivo al convertir a Europa en un destino atractivo para la inversión". Coincide en sus cuentas con el analista de AFI: un cambio en torno a 1,40 en lo que queda de año para finalizar el que viene alrededor de 1,38. Un entorno de bastante estabilidad durante el próximo año y medio, y por tanto con poco impacto económico. "No creo que superar el listón de 1,40 dólares sea un gran cambio para los empresarios españoles. Estamos hablando de un 2% o 3% de apreciación respecto a hace dos meses. No es grave. En general, las empresas están en buena situación de beneficios y tienen capacidad para reducir sus márgenes".

Por su parte José Luis Feito, presidente de la Comisión Económica de la CEOE, reconoce que "aunque sería mejor que no se produjera esta apreciación, la economía española está bien situada, porque el grueso de sus baterías de exportación están orientadas a Europa y porque está menos abierta que otros países en los que el peso de exportaciones en el PIB es mucho mayor".

España está en los últimos puestos en ese sentido, pero se encuentra sin embargo entre los más vulnerables a las subidas de los tipos de interés. "Lo que nos machaca y aterra a las empresas españolas es una subida de tipos. Eso nos hunde a todos sin distinción" señala Feito. "Al contrario que Alemania, Francia o Italia, más sensibles a los cambios de las divisas".

Para la economía mundial es bueno que el dólar se deprecie y ayude a corregir los desequilibrios, pero sería mucho mejor todavía si lo hiciera también con el resto de las monedas con mayor peso en el comercio internacional. El yen japonés y el yuan chino deberían participar también de esta apreciación para completar un puzle satisfactorio, según Feito, ya que es con estas dos monedas con las que tiene un déficit importante Estados Unidos. En el primer caso habrá que esperar el despegue real de la economía japonesa, y en el segundo, con un tipo de cambio prácticamente fijo, nada parece indicar que cambien las cosas al menos hasta después de los Juegos Olímpicos en 2008.

De momento, las ramas de la espectacularidad de los récords no dejan ver un bosque en el que las materias primas, y sobre todo el crudo, se pagan en dólares, lo que supone un gran alivio para las economías con una gran dependencia energética, como la española.

Sectores poco afectados

En un repaso por los distintos sectores que podrían verse más afectados por la depreciación del dólar, no aparece ninguno con claros síntomas de preocupación. Ni siquiera los que durante los últimos años han registrado una mayor actividad exportadora como es el caso de la construcción. Para Alicia Revenga, responsable de exportación de SEOPAN, es evidente que no hay síntomas de crisis y desde luego "la paridad con el dólar nunca ha condicionado la contratación internacional de las empresas del sector". Algo parecido a lo que ocurre con las de bienes de equipo. Para José Luis Castañeda, director general de Sercobe son más importantes los ajustes a la baja de los crecimientos en el ámbito de la OCDE que las paridades. Se trata de contratos a largo plazo, como en la construcción, en los que "el precio es importante, pero menos".

Para Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos el cambio actual podría afectar a la temporada de invierno en Canarias que compite con el Caribe, sin embargo, destaca que puede resultar también positivo para los desplazamientos ya que el queroseno se paga en dólares. "Los touroperadores se están viendo beneficiados y es posible que los billetes aéreos salgan al mismo precio o incluso por debajo de los del año pasado".

Paradójicamente en estos momentos se está produciendo un importante crecimiento de los turistas procedentes de EE UU, sobre todo con destino a los cruceros por el Mediterráneo. Y destaca que algunas líneas como Continental o Delta Airlines, llevan sus vuelos completos entre España y EE UU.

Para el director general de Sernauto, la patronal de la industria de componentes del automóvil, la diversificación, con plantas instaladas por todo el mundo, les permite compensar los descensos de unos países con las subidas de otros.

Y en el ámbito agrícola, con especial sensibilidad para el vino y el aceite y en menor medida los cítricos, tampoco son relevantes las exportaciones fuera de la zona euro. En el caso del vino son menos del 10% de las ventas en hectolitros, aunque el valor de las mismas supere el 20% de los casi 1.700 millones de euros de facturación exterior, según el director general de la Federación Española del Vino, Rafael del Rey.

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