Con estos pelos
Al octavo día de su creación, El blog de Cayetana (La 2) no descansó. La actriz (¡cómo la echamos de menos en cine y en teatro!) fisgaba en el estudio donostiarra del pintor Julian Schnabel, que presenta su película de Lou Reed en San Sebastián, corría de aquí para allá, y almorzaba en uno de los grandes restaurantes de la ciudad, saludada por todos, aunque su comensal y codirector del blog, Santiago Martín Tabernero, se tapaba la cara. Tan entregada está la Guillén Cuervo que ni peinarse puede: "¡Qué pelos!", decía de sí misma ante la cámara. Ya veremos cómo organiza su buena cabeza rubia cuando deje el festival de cine; de momento, el breve programa sabe a poco.
La cosa capilar tenía su lado cómico en El hormiguero (Cuatro), que ha ganado mucho al cambiar de horario y formato. El propio Pablo Motos se nos presenta con unas cejas recortadas a lo Bela Lugosi, pese a lo cual no asusta. De sus colaboradores, mi favorito es Flipy, un Eduardo Manostijeras con el pelo a greñas de Tim Burton. Flipy presentó el jueves unos divertidos artilugios de "cuando José María Íñigo aún tenía peluca", Raquel Martos nos reveló el secreto de eso que a tantos extranjeros les maravilla: cómo se rellenan de anchoa nuestras acendradas aceitunas, aunque lo más memorable, mezclando la estética del dibujo animado con la sátira política, fue la figura trucada de Rajoy en el papel de Mariano el del Bombo: a cada golpe de tambor, un ostentóreo "¡España!" salía de su boca. Minutos después, en un buen capítulo de Cuéntame (TVE-1), la tragicomedia de Valentina (excelente Alicia Hermida) en la peluquería cerrada tenía el contrapunto de la otra (¿o la misma?) España: los grises apaleando a los universitarios antifranquistas.
Para que luego llegue el viernes y nos coja con estos pelos. No se habló en los informativos de otra cosa, pero me impresionó la alternancia de imágenes de Noticias Cuatro en su edición del mediodía: Ibarretxe irguiendo desafiante su cabeza rala ante el Parlamento vasco, y el etarra Iñaki Bilbao, en versión rapado total, dando patadas de odio asesino a la justicia.
