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Danny Tenaglia, "el disc jockey de los disc jokeys" debuta en Valencia

El productor y pinchadiscos de Nueva York Danny Tenaglia actúa esta noche, y durante seis horas, en el club Barraca de Sueca, algo llamativo para todo aquel que conceda importancia al devenir de la música en los últimos tiempos. Referido habitualmente como disc jockey de disc jockeys, Tenaglia, de 47 años, es peculiar hasta el paroxismo, exigente con los clubes que le contratan y tiene verdadera aureola de mito. Admirador de Larry Levan -el disc jockey histórico más importante del Nueva York pre sida-, Tenaglia es la estrella más legendaria de la electrónica, y, sin duda, la mayor que nunca ha venido a Valencia.

Su tarifa por poner discos suele partir de los 40.000 dólares por sesión, aunque cobra lo que le parece. Concede pocas fechas para ser contratado y en festivales como el oscense Monegros o el madrileño Infinitamente Gay ha llegado a cobrar 60.000 euros por bolos de ocho horas. A veces se muestra intocable y otras se pone a bailar al lado del público. Pocos pinchadiscos, aparte de él, pueden permitirse su gusto por la música subterránea y por la ausencia de publicidad, y, tener el caché más astronómico sin venderse. Cuando mantenía residencias (actuaciones regulares) en clubes de Nueva York, la audiencia se trasladaba a vivir sus maratones de diez horas hasta de Japón.

Tenaglia ha llegado a poner discos que nadie antes había escuchado durante 19 horas seguidas para una audiencia que no podía creerlo. De hecho, se dice que pincha en su casa ocho horas al día sólo para sí mismo para mantenerse en forma. "Hay discos que en todo el mundo sólo tiene él", dijo de él el también famoso y veterano disc jockey François Kevorkian, "controla el house, el techno, la música disco, todo lo que sale, puede hacer lo que le da la gana y no falla nunca".

Tenaglia ha estado nominado a los premios Grammy, y ha remezclado a grandes nombres del pop como Depeche Mode. Procede de la música soul-disco y, durante los años noventa, fue responsable de encajar este estilo hacia la electrónica agresiva y oscura de fuste europeo. Ha ayudado a triunfar a productores de baile hoy muy famosos como Deep Dish o Murk, y es autor de discos y cd-mixes que se han convertido en simbólicos. "Soy un yonqui de las cabinas", dijo él mismo a este periódico, "me faltan horas para poner discos".

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