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Reportaje:

Los jóvenes practican sexo inseguro

Los adolescentes han perdido el miedo al sida y repuntan las enfermedades de transmisión sexual - Los falsos mitos perviven entre los estudiantes y la información sociosanitaria es muy escasa

Carmen Morán Breña

Los embarazos no deseados y los abortos siguen aumentando entre la población más joven. Si en 2004 abortó el 48% de las chicas de 15 a 19 años que se quedaron embarazadas, en 2005 ya era el 49%, una estadística que sube un escalón cada año, como un goteo incesante, al menos desde 1990.

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Los expertos hablan de falta de formación, de métodos anticonceptivos que no están a su alcance o que se desconocen y de mitos arraigados que no ayudan a evitar un embarazo. Además, los jóvenes han perdido miedo al sida, lo que les lleva a correr más riesgos. La aparición de los cócteles de medicamentos en 1996 contribuyó a dar la imagen de que la infección por VIH no era grave, sino algo crónico o, incluso, curable, lo que llevó a algunos a abandonar el condón.

La edad media de inicio en las relaciones sexuales está en 16 años. Por el Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid pasan cada semana un centenar de chicos y chicas con dudas, problemas... Cuando los monitores de este centro salen a los institutos a dar charlas se encuentran con que hay todavía muchos mitos entre los estudiantes. "La píldora engorda; el preservativo quita sensibilidad; sólo si hay eyaculación hay embarazo". Todas estas creencias, explica Ana García Mañas, coordinadora del centro, están evitando una sexualidad protegida. "Hay que cambiar el mensaje e incluso los conceptos", dice García. A la píldora del día siguiente ya no la llaman así en su centro, sino píldora de emergencia, "porque puede tomarse hasta tres días después y muchos no la pedían porque creían que se les había pasado el tiempo".

"Durante años les hemos dicho que si no tenían pareja estable usaran condón. Pero la idea de pareja estable ha cambiado; si tienen tres o cuatro relaciones con la misma persona ya lo consideran estable y no se protegen".

Un estudio de la clínica madrileña Dator, pionera en la interrupción de embarazos, efectuado entre 321 chicas menores de 21 años revela, efectivamente, que el 12% de las jóvenes que llegan a su consulta lleva cuatro meses o menos con su pareja. Así pues, la estabilidad no protege.

Y el desconocimiento de los métodos anticonceptivos, tampoco. En el estudio de Dator, que se presentará completo en noviembre, se pone de manifiesto que las jóvenes creen saber mucho sobre anticoncepción, pero sus lagunas son graves. Y más profundas aún entre las extranjeras. El 91% de todas ellas no cree que se haya quedado embarazada por falta de formación, pero la realidad es que el 14% de las españolas encuestadas no sabe lo que es la píldora poscoital, ni el 63% de las extranjeras. Tampoco atinan cuando se les pregunta qué días en un ciclo de 30 son los más propicios para quedarse embarazadas. Apenas acierta un tercio de las entrevistadas; de nuevo, el porcentaje es menor entre las extranjeras. Menos de la mitad (un 43%) puede ordenar con corrección de más a menos seguros tres métodos anticonceptivos citados, el preservativo, la píldora y la ligadura de trompas: lo saben el 52% de las españolas, pero sólo el 25% de las extranjeras. Y sobre prevenir el sida, una media del 6% desconoce como hacerlo.

También parece estar fallando la información sociosanitaria. Tres de cada cuatro chicas encuestadas no había acudido a un centro de planificación. Y ya sólo les quedó llamar al centro de interrupción de embarazos.

De haberlo hecho, quizá no hubieran llegado tan lejos. En estos centros, cuando son específicos para jóvenes, no sólo facilitan píldoras de emergencia. También asesoran, planifican, atienden necesidades sanitarias. Pero la mala noticia es que hay muy pocos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un centro específico para jóvenes de 10 a 24 años por cada 100.000 jóvenes. Para llegar a eso España tendría que duplicar su red, explican en la Federación de Planificación Familiar. Porque de los 169 centros existentes sólo 41 cumplen fielmente las recomendaciones de la OMS para una atención integral a los jóvenes en materia sexual. Eso incluye, entre otras cosas, que sean servicios públicos gratuitos y accesibles, con horarios amplios y fijos que no se interrumpan los fines de semana, entre otras características. "En algunas comunidades autónomas esto no existe", explican desde la Federación de Planificación. Sí cuentan con servicios en la red sanitaria pública, pero incompletos. La Federación insiste en que cada provincia debería tener un centro específico. Lo que hay son teléfonos de asistencia, unos 22 repartidos por las comunidades.

Desde la Federación insisten en que otro de los grandes problemas es que los métodos anticonceptivos no tienen financiación pública y para los jóvenes no es sencillo pagarse un paquete de pastillas al mes, o incluso los preservativos. "Los preservativos están más a su alcance, aunque deberían ser gratuitos para ellos, pero el problema es cuando se les rompen y tienen que pagar una pastilla de emergencia, que cuesta 20 euros. Tampoco pueden explicar a sus padres para qué quieren ese dinero", añade Ana García, del centro específico de Madrid.

20 euros. Parecen pocos. "Pero cada vez vienen más inmigrantes y muchos no cuentan con ese presupuesto", dice García.

Una pareja busca asesoramiento en un centro de planificación para jóvenes de Madrid.
Una pareja busca asesoramiento en un centro de planificación para jóvenes de Madrid.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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