Mil estudiantes cursan Teología y Doctrina Católica en la Universitat

Hay un par de asignaturas de la Universitat de València que registran un éxito incontestable de alumnos. Son de libre opción (es decir, no son obligatorias para terminar las carreras), se llaman Teología Católica y Doctrina Católica y a la mitad de su profesorado lo nombra directamente el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco. A la otra mitad lo elige el rector a propuesta del prelado. Dan la llave para poder enseñar Religión. Entre las dos, suman más de mil estudiantes.

Las diferencias entre las instituciones a raíz de la implantación de Medicina en la Universidad Católica de Valencia, que dirige el arzobispo, no han afectado a la colaboración, que se formalizó mediante convenio firmado en el año 2001 por García-Gasco y el ex rector Pedro Ruiz.

¿Por qué son tan populares las asignaturas? Puede descartarse la facilidad para aprobar créditos (los de libre opción pueden conseguirse, hasta un límite, jugando a Pilota Valenciana, por ejemplo) y no conviene olvidar, en cambio, el interés que la materia puede despertar en el alumnado. La primera asignatura tiene como objetivo: "Conocer la identidad de la Teología para que ayude a comprender la cultura europea actual, analizar el hecho religioso y el diálogo interreligioso así como valorar el proyecto vital humano, personal y comunitario del Evangelio", explicaron esta semana fuentes del Arzobispado.

La llave de Religión

La explicación más probable del fenómeno es, sin embargo, que aprobar los 18 créditos de Teología Católica y Doctrina Católica I y II es imprescindible para recibir la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI). Un documento necesario para ser elegido por el Arzobispado para dar clases de Religión en cualquier centro de infantil y primaria valenciano. Tener el DEI o las asignaturas en el expediente académico siempre es útil, además, a la hora de presentar el currículo en centros con idearios católicos.

Los profesores están vinculados con el departamento de Teoría de la Educación. Pero impartir las materias no comporta ninguna relación laboral con la institución, específica el convenio de 2001. "El coste que, si es el caso, generen estas colaboraciones será a cargo del Arzobispado", establece el documento. Las asignaturas deben poder estudiarse en todos los campus. Y eso llevó a su renovación por el actual rector, Francisco Tomás, cuando se abrió el de Ontinyent.

El convenio fue suscrito en cumplimiento del artículo IV de los acuerdos suscritos en 1979 entre la Santa Sede y España.