Falta de orientación profesional en la escuela

La consultora Murgibe ha estudiado la trayectoria profesional desde 2002 de 84 mujeres con un formación profesional especializada en electrónica, mecánica y, mantenimiento de vehículos. La mayor parte de ellas habían cursado anteriormente bachillerato, un 30,3% había pasado por la universidad y, de éstas, un 35,3% había logrado una titulación universitaria, muy mayoritariamente en ramas de letras. En gran medida (72,6%) las mujeres escogieron sus estudios técnicos industriales por vocación. El 68% de ellas tenían en su entorno personas trabajando en estas ramas profesionales. El estudio detecta una carencia de gran importancia, según subrayó José Guillermo Zubia, secretario general de Confebask: la falta de orientación y asesoramiento profesional en el ámbito escolar. Un 33,9% de las encuestadas no recibieron recomendaciones de ningún tipo y el 64,3% de las que sí lo tuvieron fueron encaminadas únicamente hacia la universidad.

La encuesta concluye que el 84% de estas mujeres se declaran satisfechas con su elección, un 66,2% cuenta con un contrato indefinido, el 84,5% trabaja en el marco de su especialidad y el 96,4% cobra lo mismo que sus compañeros varones. Tan solo un 2,5% se encuentra en paro.

La mayor parte de las mujeres no han encontrado dificultades especiales en su incorporación a la industria y el 50% de ellas desarrolla ocupaciones técnicas también, pero de oficina. "Pese a tener una formación profesional técnica, parece existir cierta tendencia a que las mujeres ocupen trabajos más limpios, propios de su papel tradicional", dice el estudio.

La carencia en las empresas de infraestructuras adaptadas a la mujer es, según la encuesta, la gran asignatura pendiente, ya que siete de cada diez mujeres no cuentan con vestuarios propios y se han adaptado para ellas otras dependencias, como baños o almacenes. El estudio contiene también una serie de recomendaciones, unas genéricas, otras dirigidas a las empresas y otras orientadas a los centros educativos. En las primeras se insta a poner en marcha programas de diversificación que incorporen a las mujeres a actividades tradicionalmente masculinas. A las empresas se les recomienda desarrollar acciones positivas y estrategias para la contratación y promoción de las mujeres, y a los centros formativos se les sugiere que fomenten una toma de decisiones vocacional, no sesgada por razón de género.