El motorista que atropelló y mató a un hombre está "muy grave"
La policía investiga quién se saltó el semáforo en rojo de la Gran Via
El motorista que el pasado martes atropelló y mató a un hombre de 80 años en Barcelona se encuentra ingresado en estado "muy grave", informaron ayer fuentes de la investigación. A. V., de 27 años, arrolló a una pareja que cruzaba un paso de peatones y después embistió a otras siete personas que esperaban el autobús en la confluencia de la Gran Via con la calle de Nàpols. La Guardia Urbana investiga ahora si la pareja o el motorista -que circulaba a gran velocidad- se saltaron el semáforo en rojo.
El joven de 27 años presenta fracturas por todo el cuerpo y varios golpes en la zona abdominal. Ayer fue operado y en las próximas horas podría volver a ser intervenido, según explicaron fuentes del hospital Clínico. El motorista se encuentra sedado en la unidad de cuidados intensivos del citado hospital. Su estado es "muy grave" y, previsiblemente, estará ingresado aún unos días, por lo que la policía municipal aún no le ha podido interrogar.
Un pronóstico similar presenta una mujer de 76 años que también fue arrollada por la moto. Tras pasar por el quirófano, empeoró súbitamente a última hora de la tarde de ayer, informaron fuentes del hospital de Sant Pau.
El tercer herido que permanece ingresado, aunque estable, es un hombre de 56 años que se ha roto la tibia y el peroné. El resto fueron dados de alta a lo largo del día de ayer. Entre ellos, un bebé de dos meses cuyo cochecito salió disparado tras el accidente y la esposa del hombre fallecido, de 85 años.
El siniestro se produjo a las 19.00 horas. Un motorista que circulaba por la Gran Via en dirección a la plaza de España arrolló a la pareja mientras ésta cruzaba un paso de cebra. La Guardia Urbana interrogó ayer a algunos de los heridos y a varios testigos de lo sucedido. El objetivo es saber si la pareja se saltó el semáforo en rojo -como apuntan algunos testigos presenciales- o si, por el contrario, fue el motorista quien incumplió las normas de tráfico. Este dato será clave para determinar la responsabilidad del motorista en el brutal accidente.
Lo que sí está claro es que A. V. pilotaba la moto -una Yamaha de gran potencia- a una velocidad excesiva, muy superior a los 50 kilómetros por hora permitidos en ciudad. Tras el choque, el conductor perdió el control de la moto y se subió a la acera, donde circuló unos 40 metros hasta impactar contra la parada. En el camino arrolló a siete personas que esperaban la llegada del autobús.
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