La ley de televisión, nuevo campo de batalla
La norma permitirá la elección del director general por el Parlamento para blindar su independencia
Salvo en el caso de Izquierda Unida, que siempre ha mantenido lo mismo, la posición de socialistas, populares y andalucistas en torno a la elección del director general de la Radio y Televisión de Andalucía (RTVA) ha sido, cuando menos, guadianesca. De ahora sí, pero ahora no, en función de la composición de los gobiernos de turno y de quién tuviera el control de la televisión pública estatal. La nueva ley de la RTVA superó ayer en el Parlamento la enmienda de devolución presentada por el PP e inicia ahora, por la vía de urgencia, su tramitación parlamentaria.
IU critica el control político "apabullante" y la imagen folclórica y tópica de Andalucía
La principal novedad de la norma es la elección por mayoría cualificada del Parlamento del director general de la empresa, ahora escogido por el Gobierno andaluz. Pero el PP, que apoyó y pactó en Madrid para Radio Televisión Española (RTVE) una ley similar a la que propone ahora el Ejecutivo de Chaves, no quiere el sistema de elección propuesto porque cree que tiene truco y supone un "atajo para seguir designando a dedo" al alto ejecutivo.
El sistema de elección es el siguiente: en primera votación se requerirá dos tercios (73 diputados de 109) y en una segunda, tres quintos (66 votos). Si transcurrido el primer mes de la votación no hay acuerdo, la elección será por mayoría absoluta (55). Según el Gobierno autonómico, con este sistema se evita que ningún grupo pueda bloquear la aplicación de la ley. Con la actual composición del Parlamento -61 diputados del PSOE, 37 del PP, seis de IU y cinco del PA- el PP sólo es necesario en el primer caso.
Los socialistas confían en que la ley pueda estar aprobada a principios del mes de diciembre, pero va a ser muy difícil que se llegue a un acuerdo sobre el nombre del director general antes de la celebración de las elecciones. El Gobierno no ha abierto ningún canal de comunicación con el PP, aunque sí con el PA e IU. Desde 2000, el director general es Rafael Camacho, quien antes de acceder al cargo era portavoz del Gobierno de Chaves.
El consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, ofreció ayer diálogo a todos. "El Gobierno tiende la mano y lo hace con ganas, con el corazón y la cabeza", dijo en tono solemne. Zarrías destacó que el hecho de que la elección del directivo fuera por seis años (superior a una legislatura) "blinda su independencia" al desvincularlo de los gobiernos de turno. También destacó el mayor control que ejercerá el Parlamento, que deberá aprobar la carta de servicio público en la que se fijarán las prioridades de actuación de la RTVA. La portavoz socialista Pilar Gómez Casero incidió en esta línea.
El PP rechazó la mano tendida ofrecida por el Gobierno, porque no cree que sea sincera su voluntad de diálogo. "A ustedes no les interesa el consenso y han cogido el atajo de la segunda vuelta para consolidar un modelo de televisión que les viene bien", afirmó la diputada María José García Pelayo. Según esta diputada, lo que quiere el Gobierno socialista es "hacer de las suyas, intoxicar y no informar, y maquillar la realidad de una Andalucía que está muy lejos de la segunda modernización que pregonan en Canal Sur".
IU aprovechó el debate para refrescar la memoria y reivindicar que durante años y en solitario ha defendido la elección del director general por Parlamento. Su portavoz, Concha Caballero, se lamentó de que lo que se inició como "un buen proyecto de articulación" de Andalucía se convirtió en un instrumento "con un control político apabullante y de glorificación del PSOE" y también, sin perspectiva cultural.
"Nos preocupa eso [el dirigismos político] y la imagen social, llena de tópicos y folclorismo, que se da en Canal Sur de Andalucía", subrayó. Caballero criticó el que la televisión andaluza no "produzca estereotipos positivos ni intente elevar el nivel cultural" como demuestra, en su opinión la nueva programación de Canal Sur "donde hay un Gran Hermano cortijero y una Operación Triunfo de la copla". La portavoz de IU apoyó el giro que pretende la ley, pero cuestionó la cláusula sobre la elección del director general por mayoría absoluta.
La posición del PA fue confusa, pero fiel a la posición camaleónica que siempre ha mantenido respecto a la RTVA. "Verse uno de la oposición en un informativo es bastante costoso", se quejó Antonio Moreno, quien se limitó a anunciar la presentación de las enmiendas que consideren necesarias.
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