El moderado Fukuda toma las riendas de Japón en plena crisis
El nuevo primer ministro nombra un Gabinete marcado por el continuismo
El Parlamento japonés eligió ayer al moderado Yasuo Fukuda para ocupar el cargo de primer ministro y superar la crisis abierta por el Gobierno de su antecesor, el nacionalista Shinzo Abe, sacudido por errores de gestión y escándalos que derivaron en la dimisión de cuatro ministros y en el suicidio de otro. Pragmático y conciliador, Fukuda, de 71 años, intentará llenar el vacío de poder tras la renuncia de Abe, que estuvo menos de un año en el cargo.
Abe, quien horas antes de la elección de Fukuda celebró su último Consejo de Ministros y presentó, junto con su Gobierno, la dimisión oficial ante el Parlamento, había informado de su abandono el 12 de septiembre, a las seis semanas de sufrir una grave derrota electoral. En este momento de turbulencias, Fukuda asume el reto de devolver la calma a la ciudadanía y de unificar su Partido Liberal Demócrata (PLD), la gran fuerza de la derecha nipona.
La histórica derrota del PLD en las elecciones legislativas del pasado 29 de julio pasó ayer factura. El nuevo primer ministro fue elegido gracias a la mayoría del PLD en la Cámara baja, donde obtuvo 338 de los 477 votos emitidos. En el Senado, en cambio, la mayoría opositora del Partido Democrático (PD, centro-izquierda) dio la victoria a su líder, Ichiro Ozawa, de 65 años. Por primera vez en 13 años, ha sido necesario recurrir a la prevalencia de la Cámara baja que establece la Constitución.
Es también la primera vez en la historia japonesa que un jefe de Gobierno es a su vez hijo de un ex primer ministro, Takeo Fukuda (1976-78), que llegó al cargo cuando también tenía 71 años. Yasuo fue su secretario privado de 1978 a 1989, al igual que ahora uno de sus tres hijos, siguiendo la tradición familiar, es secretario suyo.
Diputado durante seis legislaturas seguidas, desde 1990, Fukuda fue el ministro portavoz que más tiempo ejerció esa función, de 2000 a 2004, primero en el Gobierno del primer ministro Yoshiro Mori y luego en el de Junichiro Koizumi, de quien fue llamado "ministro de Exteriores en la sombra", porque su influencia era mayor que sus responsabilidades oficiales. Es el jefe de Gobierno de edad más avanzada desde 1991 e, ironías del destino, sustituye a Abe, de 53, el más joven desde el final de la II Guerra Mundial y quien el martes, para poder dimitir y votar en la Cámara Baja, abandonó unas horas el hospital en que está internado por problemas gástricos debidos al estrés.
El nuevo primer ministro se ha mostrado partidario de reformar la economía, aunque de un modo menos agresivo que sus predecesores y matizado con una batería de políticas sociales. Entre los primeros esbozos que Fukuda ha dibujado sobre sus planes en materia económica, destaca su intención de conjugar la lucha contra el crónico déficit público del país con la atención estatal a las crecientes desigualdades sociales, que afectan a jóvenes, ancianos y a las poblaciones rurales.
Desde que presentó su candidatura para suceder a Shinzo Abe al frente del PLD, el nuevo primer ministro aseguró que, de resultar elegido, mantendría el objetivo propuesto por el antecesor de ambos, Junichiro Koizumi (2001- 2006), de alcanzar el equilibrio presupuestario en 2011. "No podemos volver a la era del gasto indiscriminado", aseguró.
Esta decisión es un gesto de continuismo con las reformas estructurales de carácter liberalizador que comenzaron a introducir los dos últimos primeros ministros, y difiere de las políticas laxas en materia fiscal practicadas con anterioridad por los Ejecutivos nipones. La composición del nuevo Gabinete se caracteriza también por la continuidad, con muchos de los ministros que nombró su predecesor, Shinzo Abe, en su última reestructuración de Gobierno.
El ex titular de Defensa, Masahiko Komura, nombrado ahora jefe de la diplomacia japonesa, es, al igual que Fukuda, favorable a un mayor acercamiento a los vecinos asiáticos, en especial a China. El ministro de Defensa, Shigeru Ishiba, partidario de un mayor papel de Japón en la escena político-militar, también repite en el cargo.
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