Niños aspirantes a terroristas
Un tribunal argelino condena a 13 menores que Al Qaeda preparaba para 'mártires'
Fueron acusados de colaboración con grupos terroristas y condenados el pasado fin de semana, por un tribunal de Boumerdes, al este de Argel, a tan sólo tres años de cárcel. Ni siquiera ingresarán en prisión y sólo estarán sometidos a un seguimiento psicológico y a una mayor vigilancia parental.
¿Por qué tanta clemencia por parte de unos jueces que no dudan en pronunciar condenas a muerte o a cadena perpetua? Porque en el momento de su detención los 13 condenados eran menores de edad: tenían entre 12 y 17 años.
Los servicios de seguridad argelinos confirmaron a principios de junio algunas de sus peores sospechas. La rama magrebí de Al Qaeda empezaba a reclutar a adolescentes para suministrarles información y, si daban buen resultado, convertirles en kamikazes.
40 candidatos al suicidio, con 17 años de media, han sido reclutados en Argelia
La policía judicial detuvo hace tres meses a 13 menores en Thenia, una ciudad agrícola de 23.000 habitantes en el oeste de Cabilia. Los dos más pequeños tenían 12 y 14 años. En los registros domiciliarios se incautaron de móviles, CD con propaganda islamista y dinero de bolsillo que no les habían dado sus padres.
En los interrogatorios, en presencia de sus progenitores, los chavales confesaron que por encargo del emir Gouri Abdelmalek y de su caterva, que habita en las montañas que dominan Thenia, vigilaban los movimientos de policías y militares, acudían a unas charlas en las faldas del monte y hasta empezaban a aprender el manejo de las armas y cómo activar y trasladar sin riesgo una carga explosiva.
A los alumnos más duchos sus profesores les habían puesto apodos de terroristas argelinos fallecidos como Abou Djellala, Abou Dahdah, etcétera, de los que estaban orgullosos. Los mayores acudían además a un cibercafé para perfeccionar su formación ideológica conectándose con páginas web afines a Al Qaeda.
El diario Liberté de Argel aseguró, en junio, citando fuentes de seguridad, que los adolescentes eran engatusados con la perspectiva de ir a luchar a Irak, el ideal más movilizador. "Pero el propósito de los que les reclutan no consiste en convertirles en profetas del islam sino en kamikazes en su propio país", asegura Hamida Layachi, experto argelino en terrorismo que en diciembre publicará un libro sobre Al Qaeda en el Magreb.
"Desde hace seis meses intenta alistar a hijos de terroristas muertos, a chavales de familias rotas y a jóvenes delincuentes recién salidos de los reformatorios", prosigue Layachi. "Hay, sin embargo, excepciones, y acabo de entrevistar a un ex aspirante a kamikaze, de 17 años, criado en una familia francófona ferviente antiislamista".
El primer suicida adolescente reclutado por Al Qaeda que cumplió su objetivo tampoco se enmarcaba en los perfiles de riesgo. Nabil Belkacemi, de 15 años -apodado Abu Musab al Zarqaui-, empotró el 8 de enero una furgoneta repleta de explosivos contra un cuartel de la Marina en Dellys. Causó 30 muertos y 47 heridos.
"Le gustaba mucho jugar al fútbol delante de la casa, y todo el mundo aquí le dirá que estaba bien educado", declaró la madre de Nabil, acompañada por su marido, al periodista que la localizó en Bachdjarah, un suburbio de Argel. "Era el más tranquilo de mis hijos", añadió.
Pero después Nabil "frecuentó asiduamente la mezquita de Apreuval", en el barrio de Kuba; "pasó una noche" en el templo y desapareció en junio, continuó la madre su relato. El jeque Amin, el imán que allí predicaba, fue detenido a mediados de este mes por alentar a los jóvenes a enrolarse para luchar en Irak.
Otros 40 nabils, con una media de edad de 17 años, esperan en el maquis que el emir de turno les dé la oportunidad de inmolarse, según reveló, a principios de mes, el rotativo El Khabar citando fuentes de la seguridad argelina.
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