El tripartito llega dividido al debate por la ley de la vivienda
ERC e ICV no quieren más rebajas sobre el texto inicial
La Ley del Derecho a la Vivienda y las rebajas que el Gobierno catalán ha aceptado respecto al planteamiento inicial pueden torpedear la cohesión del Ejecutivo de José Montilla. Esquerra Republicana e Iniciativa temen que, en el intento de sumar a Convergència i Unió al consenso, el texto acabe por "desnaturalizarse". A 24 horas del comienzo del debate de política general, los tres partidos del Gobierno intentaron ayer a contrarreloj alcanzar una postura común.
La Ley de la Vivienda comenzó a levantar ampollas entre el PSC, Iniciativa y Esquerra el pasado 6 de septiembre. El consejero de Vivienda, el ecosocialista Francesc Baltasar, anunció aquel día a bombo y platillo, con fotografía incluida, la adhesión de la asociación de Promotores que preside Enric Reyna al pacto nacional por la vivienda.
La fotografía implicaba, entre otras cuestiones, que los promotores se suman al pacto a cambio de levantar menos vivienda protegida de la inicialmente prevista en la ley. Este acuerdo ha levantado suspicacias en Esquerra Republicana y también en sectores de Iniciativa, partido al que pertenece el consejero Baltasar y que es el principal cocinero del pacto y la ley de la vivienda.
El asunto salió ayer a colación en la reunión semanal del Gobierno. Los consejeros de Esquerra evitaron trasladar el malestar de su partido a la reunión, pero hubo comentarios sobre el retraso que acumula la tramitación de la ley y sobre los excesivos equilibrios que se están haciendo para sumar adhesiones. "El Gobierno no está dividido en este asunto, otra cosa son los partidos que lo apoyan", afirmó ayer un portavoz del Departamento de Vivienda.
En cualquier caso, había malestar. Nada más acabar la reunión del Ejecutivo, se celebró una segunda reunión con la que se pretendía apagar el incendio antes de que llegara a mayores. Por parte de Iniciativa participó la diputada Dolors Clavell, quien ha defendido los intereses del tripartito durante la tramitación de la ley. Joan Ridao defendió las tesis de los republicanos.
El encuentro acabó sin que trascendiera ningún gran acuerdo. Los partidos expusieron allí que no están dispuestos a ceder. Fuentes de ICV admitieron que la forma de publicitar el acuerdo con los promotores "no fue la más adecuada", pero aseguraron que habrá pacto y ley. Otras fuentes ecosocialistas lamentaban las presiones del Partit dels Socialistes para ceder ante las demandas convergentes de eliminar la posibilidad de que los pisos vacíos sean puestos en el mercado de alquiler social.
Con todo, los tres partidos se conjuraron ayer para que las divergencias en este asunto no pasen a mayores, sobre todo en el debate que hoy comienza. Las mismas formaciones también intentaron ayer alcanzar una posición común que permita aprobar sendas resoluciones sobre la interconexión eléctrica con Francia y el Cuarto Cinturón.
Por lo demás, los grupos del tripartito continuaban ayer convencidos de que el debate que hoy empieza será una demostración de unidad. El presidente, José Montilla, abrirá hoy la sesión con un largo discurso en el que, según fuentes de Presidencia, anunciará nuevas medidas de carácter social. Además, hará un exhaustivo repaso a todos los asuntos que han marcado la gestión del Gobierno catalán desde su formación el pasado noviembre.
Los enanos de la Ley de Vivienda
El desacuerdo con el texto de la Ley del Derecho a la Vivienda expresado ayer por ERC culmina el rosario de enanos que hasta la fecha han crecido durante su tramitación y en el intento de Medio Ambiente y Vivienda de consensuar el Pacto Nacional por la Vivienda. Cuando la encajada de manos entre el consejero Francesc Baltasar y el presidente de los promotores, Enric Reyna, parecía allanar el camino, las reticencias expresadas por los sindicatos CC OO y UGT no hicieron sino aumentar: querían ver papeles sobre lo acordado antes de "firmar un cheque en blanco". Igual reivindicación lanzó la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, que además expresó su malestar ante el trato recibido como "interlocutor de segunda". Sin olvidar que queda por salvar el otro gran escollo: CiU, que ha hecho de la retirada del texto de la expropiación de pisos vacíos su caballo de batalla. Y eso que Baltasar llegó a poner fecha a la firma del Pacto: el pasado 25 de agosto.
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