Números

Es lo mejor que tiene el debate presupuestario. La discusión se centra en propuestas concretas, con números bien claritos que definen las políticas que antes sólo se han explicitado como una declaración de intenciones. Queda, por tanto, escaso margen para la interpretación. El algodón no debe engañar y después de la euforia contenida que exhibían los dirigentes de la Junta tras el encuentro con Zapatero, Manuel Chaves se atreve a adelantar que Andalucía recibirá más dinero que Cataluña. A la espera de ver plasmada tanta satisfacción, queda por despejar la incógnita en torno a la cantidad que llegará en 2008 a cuenta de la deuda histórica.

Para ello, esta semana se espera aquí la visita de Pedro Solbes con un anticipo bajo el brazo. Serán unos 280 millones de euros, aproximadamente. El entendimiento irá a más ya que se ha establecido un acuerdo entra ambas administraciones para cerrar la cuantificación final de esta partida antes de las próximas elecciones. El entendimiento es tal que se da por hecho que la deuda histórica se saldará con el pago de algo más de mil millones de euros.

Sobre estas referencias se ha de centrar el discurso político de estos días puesto que, además, las buenas noticias no vienen solas. Al importante capítulo inversor que se contempla en las cuentas del Estado se añade el convenio que se va a suscribir con el Ministerio de Fomento, de Magdalena Álvarez, para el desarrollo de las infraestructuras ferroviarias en Andalucía. El objetivo es garantizar la conexión por alta velocidad a todas las capitales andaluzas, poniendo especial énfasis en las actuaciones que se han de acometer en Jaén para que no quede desconectada de la nueva red general que se está configurando.

Se desconoce si tan trascendental convenio, que se negocia desde hace más de dos años dada su complejidad y alto nivel inversor que comporta, incluye la retirada del pleito que mantienen el Gobierno central y la Junta ante el Tribunal Constitucional por la legislación autonómica sobre el desarrollo de las comunicaciones ferroviarias que transcurren íntegramente por territorio andaluz. Una disputa competencial que cobra más significado si se tiene en cuenta que ambas administraciones están en manos del PSOE.

En fin, que estamos asistiendo a las primeras consecuencias positivas para nuestra tierra de un proceso estatutario que algunos consideraban banal y gratuito. No se trata simplemente del resultado de una hábil negociación, sino ante todo del despliegue de un nuevo marco normativo que, como no se den cuenta los demás partidos que lo apoyaron, va a permitir que se lo atribuyan en exclusiva los socialistas. Luego llegarán los lamentos pero, una vez más, los hay que pierden los trenes que les pasan por delante.