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Bush pide firmeza internacional frente a Irán

El presidente de EE UU rechaza comentar la reciente incursión aérea israelí sobre Siria

Antonio Caño

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, advirtió ayer de que toma "muy en serio" las amenazas del mandatario de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y confió en que la presión diplomática de la comunidad internacional sea suficiente para detener los planes nucleares iraníes. Pero la conferencia de prensa celebrada ayer por sorpresa en la Casa Blanca puede tener mayor trascendencia por lo que el presidente de Estados Unidos no dijo, por la reiterada negativa de Bush a comentar la misteriosa incursión aérea israelí sobre Siria, ocurrida a principios de mes.

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Por tres veces, el presidente estadounidense se negó a contestar sobre qué información disponía acerca de lo ocurrido en Siria el 6 de septiembre. Ese día, aviones israelíes penetraron en el espacio aéreo sirio y dispararon contra objetivos desconocidos. Israel no había dado hasta hoy ninguna explicación. Siria se limitó a condenar el hecho con el lenguaje habitual y sin acompañarlo de acciones militares o diplomáticas.

Estados Unidos tampoco destacó el suceso, pese a que portavoces norteamericanos reconocieron que Siria estaba tratando de obtener asesoramiento en materia nuclear por parte de Corea del Norte y que, en aquellos días, funcionarios norcoreanos se encontraban trabajando en territorio sirio.

Desde aquel día, este episodio ha sido uno de los temas estrella en las tertulias políticas de Washington y uno de los objetivos preferidos de los periodistas de investigación norteamericanos. Ninguno ha podido aún aportar ni un solo elemento porque se han encontrado con un auténtico muro oficial en este país. "En 30 años de trabajo en esta ciudad, no he conocido jamás semejante secretismo", comenta un conocido analista de Washington.

Siria es actualmente un aliado de Irán. Ambos países tienen frontera con Irak, ambos son acusados frecuentemente por Estados Unidos de armar a los terroristas y ambos tienen ambiciones hegemónicas, como potencia chií, Irán, y como poder suní, Siria. Ambos representan, por tanto, en estos momentos una amenaza prioritaria para Estados Unidos. Por eso la tercera pregunta de la conferencia de prensa de ayer fue sobre el episodio de Siria. Tras la insistencia de un segundo periodista, George W. Bush accedió a hacer lo que llamó "una declaración general" sobre la participación de Corea del Norte en la proliferación nuclear. "Mi Gobierno ha dejado claro a Corea del Norte en las conversaciones a seis partes [el formato en el que desde hace años se discute el programa nuclear norcoreano] que tiene que renunciar a toda proliferación nuclear si quiere que esas conversaciones sean exitosas", se limitó a decir el presidente estadounidense.

Todo este conflicto se entiende estrechamente vinculado al enfrentamiento con Irán, que cobra estos días mayor vigencia en Estados Unidos al acercarse la anunciada visita del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, durante la próxima semana para participar en la apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas. La opinión pública norteamericana estaba encendida por el hecho de que el presidente iraní hubiera pedido permiso para visitar la zona cero de los ataques del 11-S. Ese permiso, finalmente, le ha sido denegado por parte de las autoridades neoyorquinas, y Bush respaldó ayer esa decisión.

El presidente norteamericano mencionó, además, la necesidad de que el marco de Naciones Unidas sirva para "enviar un firme mensaje" a Irán en el sentido de que "ponga fin a sus ambiciones nucleares". George W. Bush no quiso amenazar con acciones militares e insistió en que confía en resolver este conflicto por la vía diplomática. "Para terminar con esto estamos trabajando con nuestros aliados y amigos para enviar un mensaje a Irán de que existe para ellos un camino mejor que el del aislamiento financiero y las sanciones económicas", manifestó.

Bush aprovechó la ocasión de su conferencia de prensa para enviar también un mensaje positivo sobre la marcha de la economía estadounidense, a la que muchos expertos ven abocada a la recesión. "Las bases de la economía de nuestra nación", señaló el presidente, "están sólidas. No hay duda de que se vive un momento de incertidumbre en el mercado de la vivienda y en los créditos asociados con ese mercado". Sin embargo, en términos generales, aseguró que se siente "optimista". "Sólo sería pesimista", añadió, "si pensara que el Congreso podría seguir adelante con su propósito de subir los impuestos".

Un caza iraní Saeqeh, tras un retrato del ayatolá Jomeini en un hangar del aeropuerto de Mehrabad, en Teherán.
Un caza iraní Saeqeh, tras un retrato del ayatolá Jomeini en un hangar del aeropuerto de Mehrabad, en Teherán.ASSOCIATED PRESS

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