El juez devuelve a Perú las 31 piezas precolombinas de Patterson

La directora del Museo de América en Madrid ha comenzado ya el peritaje de las 31 piezas de la colección de arte precolombino de Leonard Patterson solicitadas por el Juzgado número 33 de Lima a través de una comisión rogatoria. El juez que se ocupa del caso en Santiago ha ordenado ya su devolución a Perú. Fuentes próximas a la investigación aguardan una nueva petición de otras 200 piezas que todavía no ha llegado a Santiago.

Diez años después de que Leonard Patterson expusiese su flamante colección de arte precolombino en el Auditorio de Galicia de Santiago con gran éxito de crítica y público, el titular del Juzgado número 2 de Santiago ha ordenado la devolución a Lima de las 31 piezas que ha solicitado la Justicia peruana. La decisión llega después de que los supuestos propietarios de la colección autorizasen su traslado al país de donde fueron extraídas.

Las obras han sido trasladadas desde el almacén de la empresa de mudanzas donde permanecían custodiadas durante la última década al Museo de América de Madrid. Allí están siendo examinadas por una perito experta en arte prehispánico que trata de determinar la autenticidad de las piezas. Los objetos de la colección fueron trasladados por efectivos de la Brigada de Patrimonio Histórico del Cuerpo Nacional de Policía, que no descartan que otros países como México o Panamá sigan el ejemplo de Perú y tramiten nuevas comisiones rogatorias solicitando la devolución de los objetos. Fuentes cercanas al caso apuntan que el mismo juzgado de Perú ha expresado ya su intención de reclamar otras 200 piezas de las más de 1.300 que integraban la colección expuesta en Santiago.

En el catálogo oficial de la muestra, Patterson, un supuesto coleccionista que acumula problemas con la justicia, aseguraba que las máscaras olmecas, vasos mayas e incensarios aztecas integran el más importante legado de arte precolombino en manos de un particular y citó sus lazos con Santiago para exponerlo en esta ciudad. A posteriori se supo que su verdadera intención era vender a la Xunta el conjunto artístico por un importe millonario.

El resto del archivo de la cultura mesoamericana permanece custodiado en las instalaciones de la empresa de mudanzas en especiales condiciones de temperatura y humedad a la espera de que sus supuestos propietarios o la Justicia decidan qué hacer con las piezas.