La muerte que viene de frente
Las tres víctimas del conductor que iba en sentido contrario en la M-50 son de una misma familia
Abdellah Acha, de 27 años, y Souad Za, de 22, apenas llevaban casados un mes. Contrajeron matrimonio el pasado mes de agosto en Marruecos. El domingo viajaban por la M-50 en su coche junto al hermano de la mujer, Rachid, de 25.
Contra su Seat Córdoba chocó frontalmente el Hyundai cupé conducido por Washington Javier G., de 25 años y de nacionalidad ecuatoriana, que permanece en estado grave en el hospital de Getafe. Recorrió seis kilómetros en dirección contraria antes de estamparse frontalmente contra el vehículo en el que iban los tres ciudadanos marroquíes. El juzgado solicitó ayer una prueba de su sangre para comprobar si existen restos de alcohol.
Los ocupantes del coche con el que colisionó no tuvieron tiempo para reaccionar. El choque les provocó la muerte prácticamente en el acto. Los cuerpos de los tres fallecidos serán repatriados a Marruecos antes del jueves. Los dos hermanos serán enterrados en Larache, una ciudad costera situada al norte del país, donde nacieron. El cadáver de Abdellah será enviado a Tánger, donde permanecen sus familiares.
El juzgado ha encargado una prueba de sangre del conductor herido
En Madrid, donde vivían, también continúa el hermano de Rachid y Souad. Ayer estuvo en contacto para arreglar el traslado de los cuerpos tanto con la Embajada como con el Consulado de Marruecos. Un portavoz de la Embajada explicó ayer que el familiar de los tres muertos en el accidente se "encontraba terriblemente afectado".
Washington Javier G. permaneció durante todo el día de ayer ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Getafe, donde llegó en la noche del domingo. A última hora de la tarde de ayer seguía en estado muy grave.
La Guardia Civil continuaba investigando las causas que pudieron llevar al ciudadano ecuatoriano a circular en dirección contraria durante seis kilómetros. El juzgado que se ha hecho cargo de las investigaciones solicitó ayer al hospital de Getafe una muestra de sangre del herido, con el objetivo de comprobar si conducía bajo los efectos del alcohol o de cualquier otra droga.
Fuentes policiales explicaron que no se descarta ninguna hipótesis para explicar la conducción temeraria de Washington Javier; si bien la Guardia Civil se inclina porque fuese a causa de un despiste o por el consumo de alcohol, por lo que no podría hablarse propiamente de un conductor con intenciones homicidas. No obstante, las fuentes insistieron en que la investigación continúa y que aún no puede descartarse ninguna posibilidad.
Más de una decena de familiares y amigos acudieron ayer a visitar al herido, aunque nadie pudo comunicarse con él. Visiblemente afectados, sus primos fueron de los últimos en acudir al hospital. Allí confirmaron que Washington está casado, tiene dos hijos pequeños y vive con su familia en Alcobendas. Hace ocho años que llegó a España. Desde entonces, trabaja como soldador en una empresa madrileña.
"Es un chaval sano", aseguró un amigo. A su lado, un grupo de familiares del herido rechazó hablar con los periodistas.
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