Si tú lees, ellos leen
Desde que salió el anuncio de animación a la lectura, me gusta. Ese sincronismo entre padre e hija, ese saber estar en la mesa... Precioso. El eslogan es perfecto, y además verdadero: si tú lees, ellos leen. El porcentaje de hijos lectores es altísimo cuando los padres dan ejemplo. Sin embargo, algo no me cuadraba. Algo se me quedaba trabado en la mente al terminar. Ahora sé qué es. Primero: de nuevo es la figura del hombre la que da ejemplo a sus hijos. El hombre es el único que educa, ¡qué mentira más grande! Segundo: desde tiempos ancestrales nos enseñan a no hablar en la mesa. En el anuncio queda clarísimo, pero estamos en el siglo XXI. Si no es alrededor de la mesa, ¿cuándo hablamos?, ¿no quedaría mejor la escena de la lectura en otro momento más adecuado? La lectura y la comunicación entre padres e hijos es cada vez más escasa. No podemos reforzar eso.
Hoy día tenemos que considerar una fiesta el hecho de coincidir a la misma hora para comer juntos. Aprovechemos la ocasión para conversar compartiendo toda clase de sentimientos. La lectura, en otro lugar y a otra hora.
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