"El Tratado de la Unión será café, café, no estará descafeinado"
José Sócrates, de 50 años, primer ministro de Portugal y presidente de turno de la UE, está convencido de que en la próxima cumbre de Lisboa, que se celebrará el 18 y el 19 de octubre, se aprobará la reforma del Tratado de la Unión. "El Tratado no estará descafeinado; será café, café. Si no, no habría sido tan difícil el acuerdo", señala el líder socialista. Optimista y pragmático, partidario a ultranza del diálogo, Sócrates atribuye a la canciller alemana, Angela Merkel, el mérito de haber desatascado la parálisis de la UE; afirma que Europa debe dar señales positivas a Serbia para resolver la independencia de Kosovo, y propugna "una negociación leal" con Turquía. Sócrates, que habla un español bastante aceptable, se declara "muy amigo" de Zapatero en esta entrevista, realizada el martes en Lisboa.
Por realismo político, "la Unión Europea ha dado un pasito atrás para seguir caminando juntos"
"Es muy importante tener una buena relación con Rusia. Su posición sobre Kosovo es legítima"
"Europa no puede hacer una política de inmigración si no habla con los países de África"
"Zapatero y yo tenemos la misma visión de Europa y de la relación con el mundo árabe"
"Debemos conseguir un presupuesto más claro de I + D. Paso a paso, sin ruptura, todos juntos"
Pregunta. Hay quien dice que van a firmar un Tratado descafeinado. Existe la percepción de que quieren firmar un acuerdo como sea, con el contenido que sea, porque lo importante es decir que lo han firmado. ¿Será un acuerdo simbólico con muy pocos avances?
Respuesta. No. Será café, café, no estará descafeinado. El Tratado supone una gran transformación de Europa. Nos va a dar una gran capacidad para tomar decisiones, refuerza la democracia y potencia nuestro papel en el mundo. Lo más importante es que decidiremos de manera más rápida. Además, no es un final de camino, sino un avance.
P. ¿La convocatoria de elecciones en Polonia desbarata los planes para aprobar la reforma en Lisboa?
R. Tenemos motivos para ser mucho más optimistas que hace dos meses. Ya se ha completado la primera lectura del texto en la Conferencia Intergubernamental, y el espíritu es muy positivo. Todas las cuestiones que se han suscitado tienen solución.
P. Entonces, ¿habrá acuerdo en Lisboa?
R. Hay buenas razones para aprobar el Tratado en octubre. Daría más confianza a nuestra economía y acudiríamos más unidos a las cumbres con Rusia, China, India y África. Problemas tan importantes como Kosovo requieren que estemos unidos.
P. ¿Entonces no ve razones para que se produzca un retraso a causa de Polonia?
R. Todo lo contrario. La cooperación y la actitud constructiva de Polonia ha sido una constante en las negociaciones.
P. Polonia quiere reforzar su capacidad de bloqueo, potenciando el llamado Compromiso de Ioannina. ¿Aceptará que ese deseo se incluya en el texto del Tratado, como pide Varsovia, y no quede en una simple declaración?
R. Bueno, lo importante es que se cumpla el mandato del Consejo Europeo del pasado junio. Y el mandato pide que el Compromiso de Ioannina tenga fuerza jurídica. Estoy seguro de que encontraremos la fórmula.
P. ¿Le preocupa que Polonia pida desvincularse de la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales, igual que Reino Unido?
R. Tenemos el mandato, sólo el mandato y nada más el que mandato. Y todos los países tienen la voluntad de cumplirlo.
P. El Reino Unido alardea de que está logrando tantas excepciones que tendrá un tratado específico para su país.
R. Los británicos han mostrado una actitud muy positiva para cumplir el mandato. Quieren que se aplique el acuerdo alcanzado en el Consejo Europeo del pasado junio.
P. ¿Gordon Brown también?
R. Sí, Brown también tiene una posición muy constructiva.
P. El eurodiputado Enrique Barón ha expresado, en nombre del Parlamento Europeo, su decepción porque la Carta de Derechos Fundamentales, uno de los aspectos centrales del proyecto de Constitución, quede relegada a una simple declaración.
R. Miren, yo luché mucho por el Tratado Constitucional. A mí me gustaba mucho...
P. Sí, pero fue de los primeros que empezaron a hablar de Tratado Institucional en lugar de Tratado Constitucional.
R. Eso fue por realismo político. La UE ha dado un pasito atrás para seguir caminando juntos. Los políticos debemos tener en cuenta la realidad, y la realidad en aquel momento era: o tener esto, o nada.
P. ¿Imaginó alguna vez que el Tratado acabaría firmándose en Lisboa?
R. Cuando arrancó todo, en octubre pasado, nada hacía pensar en eso. El momento decisivo fue la reunión entre la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, y yo. En este proceso ha sido muy importante el papel de Merkel.
P. ¿Qué ha aportado España para alcanzar el acuerdo?
R. España es uno de los países más europeos de la UE. La contribución de Zapatero para alcanzar el acuerdo fue extraordinaria. Zapatero es un político de mi generación, ha vivido toda su trayectoria política con la idea europea que ha transformado a España y a Portugal. Es uno de mis mejores amigos. Nuestra comunicación es total.
P. ¿Qué les une?
R. Tenemos la misma visión estratégica del papel de Europa en el mundo. Nos preocupa el problema humano de la inmigración y compartimos el mismo enfoque sobre la relación entre Occidente y el mundo árabe.
P. ¿Usted ve a Turquía como un país de la UE?
R. Es un país que está negociando con Europa, y la UE debe negociar con lealtad. Lealtad quiere decir que si cumple los criterios, muy bien, pero si no cumple, no puede entrar.
P. Hace dos años, Rusia cambió su relación con Europa. Boicoteo a la carne polaca, oposición a los misiles en la República Checa y Polonia, cortes del grifo de la energía, el caso Litvinenko, usos poco democráticos. ¿Qué espera de la cumbre de diciembre?
R. Es fundamental para Europa y Rusia estabilizar sus relaciones de cooperación. Si miramos la agenda europea posterior a 1989, hemos hecho un buen trabajo. Han entrado 10 países en la UE, hemos podido resolver la crisis de los Balcanes. Falta Rusia. Debemos actuar con buen juicio y realismo. Debemos construir una relación sin tensión. Pienso que no es posible renegociar el acuerdo, pero podemos mantener el que tenemos. Hay que intentar comprender sus argumentos y basarnos en la sustancia de la relación y no en la retórica.
P. ¿Pero las cosas no van por ahí?
R. La verdad es que comenzamos hablando sobre carne y ahora hablamos de armas. Hace falta una postura realista, y diálogo, no ausencia de diálogo.
P. ¿Qué espera de esa cumbre, entonces?
R. Una agenda de progreso bilateral en áreas nuevas, con el mismo acuerdo de ahora. Buscaré una agenda distinta sin abdicar de nuestros puntos de vista.
P. La Comisión ha expresado su preocupación por los derechos humanos en Rusia.
R. Ésa es una permanente preocupación europea. Pero la promoción de los valores democráticos en otros países se hace cooperando más, con más confianza, y hablando de derechos humanos, pero también de otras cosas. Si no queremos dialogar, mejor no hacerlo. Es muy importante para Europa tener una buena relación con Rusia. Su posición sobre Kosovo es legítima, aunque distinta a la nuestra. Rusia es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, y hay que dialogar con ellos si consideran que para ellos es una cuestión estratégica. No podemos cerrar los oídos.
P. ¿No le parece una ligereza la de George Bush al alentar a Kosovo para que declare la independencia de manera unilateral?
R. No me metería a hablar del pasado, mejor tratar de resolverlo. Nosotros tenemos la misma posición que Estados Unidos; es una secesión de facto, no hay otra solución. Apoyamos el plan Ahtisaari, pero lo queremos hacer con diálogo, también con los serbios. Yo comprendo el problema del Gobierno serbio, la explicación que tiene que dar a su pueblo, pero será mejor para todos seguir dialogando estos seis meses.
P. Si el 11 de diciembre, después del informe de la Troika (Estados Unidos, Rusia, UE), Kosovo se declara independiente porque cuenta con el apoyo de Estados Unidos, ¿qué hará usted?
R. Tengo tres orientaciones: mantener a Europa unida en una misma posición, emitir señales positivas a Serbia y dialogar más. Esto es lo que guía mi acción en esta presidencia.
P. El primer ministro italiano, Romano Prodi, dice que hay que ayudar más a Serbia. Facilitarle el camino a la UE. ¿Está de acuerdo?
R. Sí. Es la segunda prioridad. Todas las señales positivas son importantes.
P. España y otros cinco países más quieren que, antes de tomarse una decisión definitiva, el asunto pase por la ONU.
R. Yo respeto el derecho internacional, pero la situación de hecho es la que es. El tiempo es importante; mantener a Europa unida, también. Hay diferentes sensibilidades, pero no es el momento de expresar sensibilidades distintas, sino de estar unidos.
P. La cumbre con África, que no se celebra desde la anterior presidencia lusa y debía ser la guinda al semestre, ¿se ha convertido en un pastel envenenado?
R. Estamos muy empeñados en hacerla. No es una decisión portuguesa, sino de los últimos tres consejos europeos. Está escrito, tengo un mandato para hacerlo, no es un capricho en absoluto. Es incomprensible que Europa y África no cooperen. Tenemos una responsabilidad histórica, hemos perdido mucho en tantos años sin cumbres. La estrategia en seguridad, economía, sociedad, y también en inmigración. España lo entiende muy bien. Europa no puede hacer una política de inmigración si no habla con los países africanos. Estamos preparando por primera vez una estrategia conjunta, hablaremos de todos los temas en la cumbre, también de derechos humanos y de gobernación. El trabajo hecho hasta ahora está siendo muy bueno. Todos los países han cooperado de manera fantástica. España y Reino Unido han hecho un gran esfuerzo.
P. ¿Y Mugabe? Si viene el presidente de Zimbabue, no asiste el premier británico, Gordon Brown, y la cumbre se va al traste.
R. Tenemos un problema, y no menor. Europa tiene un problema con Zimbabue, y por eso tenemos sanciones. Pero una cosa es la relación entre Europa y Zimbabue, y otra, la relación entre Europa y África. Pienso que es mejor para África, para los derechos humanos, el desarrollo y la gobernabilidad que se celebre la cumbre. Debemos superar ese problema diplomático, estamos haciendo todos los esfuerzos. La posición del Gobierno británico es muy positiva, entiende la importancia que tiene la cumbre, y la apoya. Estamos intentando arreglarlo en las dos direcciones porque los africanos tampoco quieren una cumbre sobre Zimbabue.
P. A nadie se le oculta que la cumbre quiere equilibrar el creciente peso de China en África.
R. Si queremos dejar el camino libre a otros, basta con no celebrar la cumbre. Sería un enorme error político.
P. Bruselas ha empezado a abrir el debate de la reforma del presupuesto de la UE. Los ingleses quieren reducir subsidios agrícolas, para destinar el dinero a investigación y formación. Francia se oponía, aunque Sarkozy está matizando su postura. ¿Cuál es su posición?
R. Me sentiría más libre para hablar de ello si no fuera presidente de la UE. Puedo decir que debemos conseguir un presupuesto más claro de I + D. Paso a paso, sin ruptura, todos juntos. Creo que es el momento de evolucionar. Tampoco es lógico que hablemos tanto de la Agenda de Lisboa y eso no se vea en el presupuesto.
P. El terremoto financiero de las hipotecas de alto riesgo y los fondos especulativos ha vuelto a plantear la necesidad de más control y transparencia del mercado. Su ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, anunció un plan para regular los fondos especulativos. ¿Qué hay de eso?
R. Estoy muy de acuerdo en buscar una regulación que dé más confianza y menos sobresaltos. Merkel y Sarkozy, también. Intentaremos dar a los mercados más seguridad sin perder competitividad, aumentando la vigilancia para garantizar que trabajen con bases sólidas.
P. ¿Habla todos los días con Merkel y Sarkozy? ¿Supone mucho estrés ser primer ministro y ejercer la presidencia de la UE a la vez con toda la agenda que se ha propuesto?
R. La mayor dificultad es compatibilizar la agenda interna con la europea. Hay otros 26 países, y son muchos. La lengua internacional, como se sabe, es el mal inglés, no el inglés: con eso nos entendemos por teléfono. La agenda es muy densa, sí.
"Nuestra solidaridad con España en el tema del terrorismo es absoluta"
SÓCRATES SE MUESTRA orgulloso del clima
de entendimiento conseguido por Portugal
y España después de que "las dictaduras nos pusieron de espaldas".
Pregunta. ¿Le gustan a Portugal las inversiones españolas?
Respuesta. Son muy bien venidas. Se ha creado un mundo nuevo entre España y Portugal. Hay más inversiones en las dos direcciones y contamos mucho con el mercado español. Las multinacionales piensan ya en un mercado ibérico poderoso: juntos somos mayores que los 10 nuevos países de la UE.
P. ¿Quizá les falta empuje a los empresarios portugueses para entrar en España?
R. Están entrando. Saben que es fácil, conocen bien el país, nuestros productos son buenos. Estamos satisfechos, pero queremos más. La de Pescanova ha sido una inversión muy positiva, Repsol y La Seda también han venido... Los españoles saben que aquí producimos bien y cobramos menos impuestos.
P. No lo dirá por el IVA: es el 21%.
R. Me refiero al impuesto de sociedades. Cuando tengamos el déficit de España, bajaremos el IVA.
P. ¿Prevé más cooperación institucional en el futuro?
R. Sí, pero hemos hecho un camino extraordinario. Las dictaduras nos alejaron, la democracia y Europa nos acercaron. Hoy tenemos una relación óptima. Los portugueses son muy patriotas, pero les gusta España.
P. Otra cosa es que sean iberistas.
R. La independencia de los dos países
no está en duda. Pero estamos haciendo
grandes cosas; el Instituto Internacional de Nanotecnología de Braga, por ejemplo, es un símbolo que quedará como ejemplo de cooperación.
P. España cree que ETA ha utilizado Portugal como base tras la tregua. ¿Se ha hecho
algo para prevenir esa presencia?
R. Quiero subrayar nuestra total solidaridad con España. La cooperación en investigación criminal y cooperación judicial es excelente. En los últimos meses se han reforzado los contactos entre los ministros de Interior y Justicia, fiscalías y fuerzas policiales, y es permanente el trabajo en conjunto. Esa colaboración da una respuesta eficaz, su intensificación dará aún mejores resultados.
P. ¿Teme que si España baja su ritmo, la economía lusa pueda sufrir?
R. Espero que no baje. Es importante para Portugal; hace dos años y medio que oigo eso de que se acaba el crecimiento español, pero no ocurre. Nosotros vamos a crecer al 1,8%, quizá una décima menos, y si no tuviéramos el déficit, estaríamos creciendo al 2,5%.
P. Las malas lenguas dicen que el déficit baja porque no pagan.
R. Debe tratarse de un error...
P. Bueno, que pagan tarde.
R. Eso lo acepto. Pero el problema está
centrado en los ayuntamientos, la sanidad,
algunos hospitales...
P. AVE, nuevo aeropuerto para Lisboa... ¿Puede asumir tanto gasto el país?
R. Necesitamos infraestructuras. No formaré parte de un Gobierno que piense que podemos estar fuera de la red europea de alta velocidad. En cuanto al aeropuerto, pueden financiarlo los privados. No podemos comprometer el futuro, pero la logística de transportes es clave para crecer y competir.
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