Hallado muerto un bebé en el cubo de la basura de una casa de Arganda del Rey
Detenidos la madre y su compañero sentimental como sospechosos de la muerte
Una mujer halló un bebé muerto en un cubo de basura cuando fue a bajar sus desperdicios. Ocurrió ayer por la mañana en una casa de Arganda del Rey. Una ambulancia trató de reanimarle, sin éxito, durante media hora. La Guardia Civil inspeccionó la vivienda donde una pareja convivía con la vecina que encontró el cuerpo. Había manchas de sangre en el baño. Los agentes detuvieron después a la presunta madre del bebé y a su compañero sentimental, ambos de origen rumano, como sospechosos de dar muerte al bebé recién nacido.
Ana María, una ciudadana rumana de 39 años, encontró ayer a las 8.30 a un bebé muerto en la bolsa de basura de su casa, en Arganda del Rey. La noche anterior, asegura, había puesto una bolsa nueva en el cubo de los desperdicios. "Me extrañó verlo lleno tan temprano", cuenta. "Al verlo hasta arriba decidí bajarlo, porque en verano la basura huele mucho. Pero pesaba demasiado".
Ante el peso y la extrañeza de la bolsa repleta, Ana María miró dentro, donde encontró otra bolsa amarilla. Estaba rota. Por la ranura asomaba la rodilla de un niño pequeño. Recuerda que se asustó y avisó a una amiga suya. Pasaron algún tiempo discutiendo sobre si abrir la bolsa o no, pero ninguna de las dos se atrevía. Mientras, las dos hijas de Ana María, de 8 y 15 años, revoloteaban por allí antes de ir al colegio. Finalmente, la mujer se decidió a abrir la bolsa. Encontró el cuerpo inconsciente de un recién nacido. "No se movía nada", rememora.
Dos meses atrás, una pareja rumana se había instalado en una de las habitaciones que Ana María ofrecía en alquiler. A él, de 30 años, alto y moreno, le llamaban Adi. Su pareja era Mirabela, ocho años más joven, de complexión ancha y estatura corta, según la describe su arrendadora. Los dos tienen un hijo juntos de cuatro años en Rumania. "Yo no me di cuenta de que ella estuviese embarazada; me pareció que estaba gruesa y tenía tripa", cuenta Ana María.
Ambos estaban tras la puerta de la habitación alquilada cuando Ana María llamó a su puerta para preguntarles por el niño. "Ella estaba tumbada en la cama, y él, a su lado, en una silla", afirma. Los dos negaron saber algo al respecto. "Le dije a Mirabela que no me tratase de engañar, que en esta casa sólo había dos mujeres y que yo no había sido. Pero siguió sin reconocerlo", explica. Al no encontrar culpables, el marido de Ana María, Tiberio, llamó a Emergencias. Ya eran las 10.10. Un vehículo de intervención rápida del Summa se trasladó a la calle de Leonor de Cortinas. Según Ana María, el cuerpo del crío estaba aún caliente cuando los efectivos sanitarios se lo llevaron. Lo encontraron en parada cardiorrespiratoria. Trataron de reanimarlo durante media hora. No lo consiguieron.
Se trataba de un bebé de 39 semanas, que podría haber sobrevivido, porque los nacimientos normales ocurren entre la semana 38 y la 42 de gestación. Un portavoz de Emergencias informó de que si el médico decidió realizar estas maniobras, era porque consideraba que el niño podía vivir, ya que en caso de fallecimiento evidente no se efectúan.
Con el bebé muerto, la Guardia Civil interrogó a los presentes e inspeccionó la vivienda. Durante el registro, según cuenta Ana María, los agentes entraron en la habitación de la pareja y en el resto de la vivienda. Al acceder al aseo, encontraron restos de sangre en la pared y en la bañera.
La Guardia Civil detuvo a Mirabela, con claros indicios de haber alumbrado recientemente, y la trasladó a la maternidad del hospital de O'Donnell. El hombre que vivía con ella, Adi, también fue detenido.
Parto en el baño
Ana María se sorprende de que, durante la noche del miércoles al jueves, el ruido no le despertase ni a ella ni a su familia. Según indica, la joven de 22 años detenida no salió durante la noche, ya que se acostó sobre las 11.30 y cuando amaneció seguía en su habitación.
Así, la arrendadora sospecha que el alumbramiento tuvo lugar en su propia casa.
La noche del jueves, sobre las once, Mirabela y Ana María habían estado charlando en la cocina del piso. Según Ana María, la presunta madre se acostó poco después. Ana María se despertó a las seis y media de la mañana y Mirabela seguía en su habitación.
Tras el registro efectuado por la Guardia Civil en el baño de la casa, donde se encontraron restos de sangre, la mujer que encontró el cadáver del bebé sacaba sus propias conclusiones: "Por lo que parece, el parto fue allí mismo, en el baño, y tuvo que ser por la noche porque fue cuando pusieron al niño en la bolsa", concluye.
Según Ana María, a raíz del registro los agentes se llevaron la alfombrilla de la bañera, que tenía restos de sangre, para analizarla.
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