Garantizada la calidad del agua en Flix mientras se descontamine el embalse

La Generalitat garantizó ayer que la calidad del agua de uso doméstico no se verá afectada mientras duren los trabajos de descontaminación del embalse de Flix (Ribera d'Ebre), gracias a la construcción de nuevos pozos que extraerán agua de acuíferos, no del Ebro, y que entrarían en servicio en el caso de que fallaran todas las medidas previas de protección. El secretario general del Departamento de Interior, Joan Boada, detalló ayer en Tortosa (Baix Ebre) el plan de emergencia de contaminación en el Ebro, aguas abajo del embalse de Flix, un plan que dicta los protocolos a seguir en caso de contaminación.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) tiene actualmente sobre la mesa el proyecto para la descontaminación del embalse, unas obras que el Gobierno catalán prevé que comiencen la próxima primavera y se prolonguen durante tres años. El delegado de la Generalitat en las Tierras del Ebro, Lluís Salvadó, explicó ayer que estos trabajos ya cuentan con medidas de precaución propias, al margen del plan de la Generalitat.

Los centenares de desechos de la actividad industrial que Ercros vertió al río durante décadas están acumulados justo delante de la fábrica. Este material quedará confinado y envuelto en un caparazón cuyo objetivo no es otro que evitar que los lodos se muevan durante los trabajos de extracción. Una vez construido este caparazón, la máquina succionadora que los extraerá contará también con un aislante. Ocho sondas permanentes analizarán de forma continuada el estado de las aguas para detectar cualquier anomalía en su composición química, de modo que un episodio de contaminación sería detectado al instante.

Sin embargo, si todo esto fallara, el agua del Ebro quedaría contaminada por metales pesados y partículas radiactivas. En esta situación hipotética entrarían en servicio los ocho pozos de captación de agua que se construirán en Campredó, con una capacidad de 2,5 metros cúbicos por segundo cada uno.