Las reservas de Solbes

Como ya sucedió con el anuncio de las ayudas por cada recién nacido o los proyectos para facilitar el acceso a la vivienda, el vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, ha vuelto a expresar reservas sobre la viabilidad económica de la universalización de la atención dental gratuita a los niños entre 7 y 15 años propuesta por el ministro de Sanidad, Bernat Soria. Estas reiteradas discrepancias en el seno del Ejecutivo acerca de la nueva agenda social, repentinamente activada a tan sólo siete meses de las elecciones, tal vez sean un ejemplo de transparencia con la que se aborda el debate entre sus miembros, según ha dicho la vicepresidenta Fernández de la Vega. Pero son, sobre todo, la constatación de que las nuevas iniciativas sociales del Gobierno se están trasladando a la opinión antes de haberse valorado por los departamentos ministeriales a los que afectan.

El sostenido crecimiento de la economía española ha propiciado un superávit fiscal que ha permitido al Gobierno afrontar unos niveles de gasto impensables en otras circunstancias, y otro tanto cabe decir de las cuentas de la Seguridad Social. Desde luego, no tendría sentido convertir el superávit en un dogma tan rígido como el déficit cero establecido en anteriores legislaturas. Aunque tampoco debería convertirse en un fondo para financiar la campaña electoral del partido en el poder, y menos con medidas difícilmente reversibles.

La sustitución de la agenda territorial y antiterrorista por una agenda social fue una decisión acertada por parte del Gobierno, no sólo para los intereses electorales del PSOE, sino también para frenar la crispación que ha marcado esta legislatura. Pero una agenda social debería traducirse en políticas aquilatadas y de largo plazo, no en actuaciones precipitadas. La propuesta del ministro Bernat Soria responde, en cualquier caso, a un problema real: las transferencias en materia de sanidad no pueden dar lugar a diferencias de atención y cobertura según la comunidad autónoma. Por esta razón, no es comprensible que se presente como una criatura híbrida, a medio camino entre la iniciativa responsable y la oferta electoral. Una mejor coordinación entre los ministros y la presentación de la memoria económica junto a cada medida que se anuncie contribuirían a que la agenda social ganase en rigor técnico, y en credibilidad.