Más arte en el Parlamento

Tanto la política como el arte buscan "la libertad del ser humano", afirmó ayer Javier Pérez (Bilbao, 1968) al presentar la instalación que le ha comprado el Parlamento vasco y que luce ya en el interior de la Cámara.

Su obra suma, en realidad, dos trabajos precedentes: Tempus fugit (2002-2004) y Mutaciones (2005). El primero suma seis campanas en forma de larva y simboliza el tiempo que se escapa, pero también el nacimiento y la renovación. El segundo contiene referencias al mundo vegetal y representa "la compleja fluidez de lo natural y lo humano, las formas en evolución que todavía no están definidas", explicó su autor, afincado en Barcelona.

Ambas piezas fueron realizadas en tiempos distintos, pero "combinan en las formas y se complementan", resaltó el artista durante la presentación en la sede de la Cámara en Vitoria, en la que estuvo acompañado por su presidenta, Izaskun Bilbao.

Pérez "busca constantemente en sus obras la transformación y la relación de lo humano, lo universal y lo animal", explicó Bilbao. Y añadió: "Es una reflexión interior que no deja de lado la necesidad de la estética y la belleza".

El Parlamento empezó a encargar obras de arte pensadas específicamente para los espacios de su sede en Vitoria hace siete años. Los pintores Jesús Mari Lazkano y José Luis Zumeta fueron los primeros en engrosar la colección. A ellos se unió el pasado abril Darío Urzay.

No son las únicas creaciones que lucen en la Cámara. Además de los retratos de los presidentes de la institución, sus fondos incluyen obras como Romería con ikurriña (1937), de Aurelio Arteta, y dos tapices flamencos del siglo XVI. Entre las piezas contemporáneas destacan dos de Eduardo Chillida, una de Jorge Oteiza, otra de Remigio Mendiburu y la más conocida, Izaro, de Néstor Basterretxea, que preside la sala de sesiones.