Las orejeras de la R-6
París tiene previsto que su parque automovilístico no crezca en los próximos 20 años. Ha llegado ya al nivel de saturación de vehículos, que en Europa está en el entorno de 0,7 por habitante. Pero, a pesar de que no van a comprar más coches (sólo para sustituir los viejos), la utilización de los existentes va a ser de un 25% más. Los mismos vehículos, pero muchos más kilómetros recorridos. Esto se debe a que las estructuras metropolitanas llevan 30 años evolucionando desde el monocentrismo hacia un policentrismo y hacia unas relaciones transversales entre los centros de la estructura polinuclear. Este fenómeno descongestiona el centro, aumenta la oferta de suelo, contiene su inflación y multiplica la eficacia productiva del sistema urbano. Lo mismo ocurre, debe ocurrir, y es bueno que ocurra, en Madrid. Eso hay que potenciarlo inteligentemente. Pero para eso hay que saberlo. Porque si no se sabe, corremos el riesgo de pensar que la solución para nuestros atascos es seguir haciendo radiales que inviten a los ciudadanos metropolitanos a venir en coche al centro, en lugar de utilizar el transporte colectivo de alta capacidad (¡cercanías! y no tranvía...). Y ese riesgo incurre igualmente en el peligro de redactar un pliego de condiciones para el concurso de ideas del desdoblamiento de la A-6, es decir la R-6, que sólo permita presentar soluciones inadecuadas y viciadas desde el principio.
París no comprará más coches pero los mismos recorrerán más kilómetros
Para quien no sepa de la materia que le compete gestionar, le bastaría con estar al día de la lectura de los escritos que afectan a su competencia. El informe de la OCDE sobre Madrid (París, junio 2007) apunta ya la necesidad de "prestar una mayor atención al desarrollo de un modelo territorial más policéntrico, que reduzca los problemas de concentración y congestión de tráfico en torno al centro de la ciudad". Este modelo permitiría "buscar un mejor funcionamiento del mercado de la vivienda". Otra asignatura pendiente.
Invitamos a la Comunidad a que haga una reflexión territorial más amplia. Que tenga una visión profesional y política de conjunto. Lo cual corresponde a su responsabilidad de Gobierno. Es decir, le invitamos a que no enfoque el problema con orejeras. Y que, de paso, se mire su propio Plan Regional de 1996 en donde varias soluciones a este problema de la R-6 estaban apuntadas.
Pedro Ortiz fue director del Plan Estratégico de Madrid 1989-1994 y Director General de Urbanismo y Planificación Regional 1995-1999.
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