_
_
_
_
Reportaje:

Hasta que pase algo

La tensión continúa en El Coronil donde han cortado olivos propiedad del padre del delegado de Deportes

Lourdes Lucio

"Yo no puedo decir si ha sido este o el otro, pero esta gente lo que quiere es aburrirnos. Esto es una canallada". José Martorán, 43 años, delegado de Deportes del Ayuntamiento de El Coronil (Sevilla, 5.033 habitantes), no lo dice, pero cuando habla de "esta gente" se refiere a los miembros del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

Martorán, monitor de kárate y bajista del grupo Los Pollos de la Frontera, recibió el domingo por la mañana una llamada de su padre, de 74 años, para que fuera a la finca de olivos de 28 hectáreas que tiene en el vecino término municipal de Montellano. Se temía lo peor. Y así fue. Cuando llegó contó hasta 90 patas de olivos, cargadas de aceituna manzanilla y gordal, cortadas de manera limpia "con una sierra mecánica". El destrozo, que ha denunciado ante la Guardia Civil, lo cuantifica entre 12.000 y 14.000 euros. Afirma que se han perdido una docena de jornales de los 1.800 que da la finca.

Lo ocurrido el domingo es el último episodio de tensión que se ha vivido en El Coronil, a poco más de 40 kilómetros de Sevilla, desde que el PSOE acabó con 12 años de gobierno municipal de IU en junio pasado. Socialistas e IU empataron a concejales (seis) en las elecciones del 27 de mayo, pero la federación sacó 119 votos más. El pacto de izquierda no se respetó en este pueblo y la elección del alcalde, el socialista Jerónimo Guerrero, con el voto del único concejal del Movimiento Alternativo de Izquierda (MAIN), Manuel Lara, se celebró en medio de gritos de traición y agresiones.

Lara ha soportado desde entonces pintadas contra a él, a las que parece haberse acostumbrado. "La última novedad, por llamarla de alguna manera, ha sido una en la que me acusaban de traficar con cocaína". Este concejal cree que la situación no ha mejorado. "Ellos [los del SOC] tensan cada vez más", afirma.

En El Coronil aseguran que todo el mundo sabe quiénes son los autores de las pintadas y de la difusión de panfletos anónimos, pero nadie se atreve a denunciar sus nombres ante la Guardia Civil.

Diego Cañamero, ex alcalde y secretario general del SOC, dice que también lo sabe. "Es el tío del MAIN", dice. Esta afirmación la basa en que han encargado a "un perito grafológico" el análisis de las pintadas, informe en el que han gastado "veinte mil duros". "Las pintadas las han hecho ellos y los olivos los han roto gente contraria a nosotros" con el fin, según él, de "criminalizar al SOC y de salir en la prensa". Cañamero asegura que el destrozo de los olivos -"un ser vivo", precisa- es contrario a "la ideología" del sindicato.

"Si son obreros del campo deberían haber asistido a la manifestación del domingo", apremia Alicia Melgar, de 26 años, y miembro de la plataforma contra la violencia creada en El Coronil. A esa marcha asistieron medio millar de personas.

El alcalde también apunta hacia el SOC, aunque sin citarlo. "Aquí nos conocemos todos. Vamos, que es blanco y en botella", apostilla. Jerónimo Guerrero pronostica que la situación en el pueblo "va a ir a peor" y que "hasta que no pase algo no van a parar".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_