Inquietud por el mutismo de Israel sobre la invasión del espacio aéreo sirio

El jefe del Gobierno israelí, Ehud Olmert, ha impuesto la ley del silencio en su Gabinete. Ni una palabra se comenta sobre la violación del espacio aéreo sirio por parte de la aviación hebrea el jueves pasado. Lo cual es poco habitual en un Ejecutivo en el que las filtraciones son la moneda más común.

Los analistas se devanan los sesos desde que el Gobierno de Damasco diera a conocer la "agresión israelí". Todo son preguntas. ¿Cuál era el objetivo de la operación? ¿Comprobar el estado de las defensas antiaéreas sirias? ¿Por qué provocaron bombas de sonido, como si se pretendiera dejar constancia de su presencia, cuando tienen capacidad para pasar inadvertidos? ¿Por qué en el norte de Siria, tan lejos de la frontera con Israel? ¿Qué mensaje se desea enviar a Damasco? "La naturaleza del trabajo de los militares es tal que sus detalles no siempre pueden ser revelados al público". El primer ministro israelí, Ehud Olmert, dejó caer ayer esta vaga declaración. Aunque no aludió al citado incidente, la coyuntura invita a pensar que el que calla, otorga.

En todo caso, la operación, que en Israel todos dan por verdadera, ha desatado gran inquietud. El analista del diario Maariv Ben Caspit escribía el viernes: "Hemos cambiado los papeles. Israel está buscando problemas y Siria está conteniéndose". Otros aseguran que Olmert "juega con fuego" y hablan de "aventurerismo". Porque desde hace meses se habla de que un error en la interpretación de los actos o declaraciones del enemigo es lo que podría desencadenar una nueva guerra en Oriente Próximo. Es evidente que una operación militar de este tipo ayuda sobremanera a aumentar la confusión.

La tensión se ha disparado de nuevo, aunque la respuesta del régimen de Bachar el Asad ha sido cautelosa. Miles de soldados de ambos países entrenan desde hace meses en el Golán y sus cercanías. De momento, las autoridades sirias aseguran que se reservan el derecho a responder. La gran mayoría de los expertos opina que no será Siria quien se embarque ahora en una guerra.