José de Arteche como referente

La afición por las letras de Antonio Villanueva Edo cuenta con la innegable influencia del escritor José de Arteche (1906-1971), una de las referencias literarias vascas en castellano, bibliotecario de la Diputación de Guipúzcoa, amigo de Baroja, Hemingway, Ortega y Gasset o Marañón, con una trayectoria vital intensa, siempre a favor de la paz. El doctor mantuvo una intensa relación con Arteche, hasta el punto de escribir su biografía.

"Arteche forma parte de ese grupo de nacionalistas vascos a los que les repugna la alianza con la izquierda, sobre todo con el partido comunista. Entonces [al estallar la guerra civil] titubea entre los militares aparentemente católicos y los aliados del Demonio, los comunistas. Se plantea que tiene que reaccionar como cristiano y se queda en San Sebastián para ayudar a los encarcelados en Loyola, antes de que llegaran los anarquistas a fusilarlos".

Tras la entrada de las tropas franquistas en San Sebastián, en septiembre de 1936, el dirigente del PNV Jesús Insausti, Uzturre, le recomendó que se exiliase, pero Arteche se quedó. Al final, los golpistas le obligaron a alistarse al Requeté. "Accedió sin otra posibilidad, pero bajo la promesa íntima de no disparar, pese a lo que suponía esta decisión, y de no cobrar una peseta", recuerda su biógrafo.

"Le sacudieron por los dos lados", resume Villanueva. En el centenario de su nacimiento, celebrado en marzo del año pasado, el socialista Txiki Benegas, quien le había conocido por la amistad que unía a su padre con Arteche, recomendaba en un artículo su diario de la guerra, El abrazo de los muertos. Villanueva Edo apunta sobre este trabajo: "Es un canto de fe, esperanza y caridad en medio de una guerra brutal".