La autobiografía de Isabel Preysler en 10 frases: del “estás muy mal educado” al “cuando se me desmoronó la nariz todos quisieron salir corriendo”
La ‘socialité’ revela en su libro capítulos personales de su vida y las vivencias y momentos más difíciles de la relación junto a sus exparejas

La autobiografía de Isabel Preysler (Manila, 75 años) ha generado un revuelo mediático en la prensa del corazón española. Las revelaciones, muchas de ellas desconocidas hasta ahora, han copado titulares, horas de televisión y conversaciones en redes sociales. No ha querido dejar nada en el tintero y ha hablado, siempre desde su verdad, de los capítulos más importantes de su vida y de sus historias de amor junto a Julio Iglesias, Carlos Falcó, Miguel Boyer y Mario Vargas Llosa.
Preysler es desde hace décadas uno de los personajes más conocidos de la crónica española, y su presencia en medios continúa activa pese a reconocer que está en momento de “paz y tranquilidad”. Los 16 capítulos de las memorias recogen sus vivencias, las de sus hijas y cómo vivió sus mediáticas relaciones con los cuatro hombres —que se conocen públicamente— desde que una jovencísima Preysler se mudara a España desde Filipinas. Aquí repasamos las 10 frases más destacadas de Mi verdadera historia.
“Probablemente sea una de las mujeres que más ha llorado en su boda”.
El 29 de enero de 1971 Isabel Preysler y Julio Iglesias se casaban en Illescas, Toledo, ante la atenta mirada de familiares, amigos y seguidores del cantante. Pero no fue un día demasiado fácil para la socialité: “Dieron por hecho que eran lágrimas de felicidad como las de esas novias que no pueden contener la emoción. Pero la realidad era diferente: a los 20 años, recién estrenada mi independencia y mi libertad en el Madrid de los setenta al que acababa de llegar, el matrimonio y la maternidad no entraban en mis planes”. En aquella celebración, el matrimonio sabía que estaban esperando su primer hijo. “En aquella época no existía otra posibilidad que la de celebrar esa boda precipitada que se suponía iba a unir nuestras vidas para siempre”.

“Nuestra vida conyugal se limitaba a las postales de los países que Julio visitaba”
La relación de Preysler e Iglesias duró hasta 1978, cuando anunciaron a través de un comunicado emitido a la revista ¡Hola! su decisión de separarse —que no de divorciarse, todavía quedaban tres años para que se aprobase la Ley de Divorcio—. Las infidelidades del artista sumadas a sus constantes viajes por el mundo con su música terminaron por dinamitar la relación: “Al final, nuestra vida conyugal se limitaba a las postales de los diferentes países que Julio visitaba en sus giras y al teléfono, porque sus ausencias eran cada vez más largas y sus éxitos musicales cada vez más importantes. Nuestra conversación dejó de ser tan fluida y desenfadada como al principio y, casi sin darme cuenta, pasé de compartir mi vida con un hombre atento a tener que acostumbrarme a prescindir de su compañía”, revela en el libro.
“Su excesiva protección y vigilancia me aisló del mundo”
La apodada como Reina de corazones relata los capítulos de celos que vivió durante su relación con el cantante: “Su excesiva protección y vigilancia me aisló del mundo. Había días en los que tenía la sensación de estar casi asfixiada. Después de sus escenas de celos que fueron a más, Julio siempre me pedía perdón y yo me hacía la absurda ilusión de que iba a cambiar. Y digo absurda porque los celos los llevaba inscritos en su ADN”.
“El día que mis hijos se fueron asumí, mientras se me desgarraba el alma, que sería por mucho tiempo”
Tras el secuestro de Julio Iglesias Puga, padre del cantante, por ETA, la familia se vio obligada a tomar una decisión que cambiaría su vida: ambos decidieron que lo mejor era que sus tres hijos se mudasen a Miami con Julio. “El día que mis hijos se fueron asumí, mientras se me desgarraba el alma, que sería por mucho tiempo, pero jamás creí que iba a ser para siempre. Aunque la distancia nunca ha dejado de dolernos, hemos aprendido a valorar las ventajas de contar, afortunadamente, con lo mejor de ambos mundos [...] A medida que escribo estas líneas revivo mi dolor por todas las despedidas que protagonizaron durante aquellos años”.

“Julio no se portó con Enrique como un padre debería haber hecho con su hijo”
Enrique Iglesias, el último hijo fruto del matrimonio entre el cantante y la socialité, tuvo claro desde joven que quería dedicarse al mundo de la música. Fue su cuidadora la que le dejó el dinero para que grabase la primera canción a escondidas de sus padres. En el momento en el que Julio se enteró de las intenciones de su hijo, llamó a su exmujer: “Julio se disgustó muchísimo cuando Enrique le llamó para contárselo. Tuvimos una larga charla en la que traté de calmarle. Cada uno reaccionó de una manera diferente, pero quiero creer que a los dos nos movía la misma preocupación por el futuro de nuestro hijo. Me veo obligada, sintiéndolo mucho, que Julio no se portó con Enrique como un padre debería haber hecho con su hijo, sobre todo teniendo en cuenta que los dos tenían la misma profesión. La actitud de Julio le molestó profundamente a Enrique y resultó ser, para mí, una fuente de disgustos y tristezas”.
“Cuando se desmoronó la nariz entera todos quisieron salir corriendo de allí porque no sabían qué hacer”
Preysler revela que desde pequeña tuvo un problema en el tabique de la nariz que no le dejaba respirar bien. Durante una operación de amígdalas en Manila, el cirujano decidió hacerle una limpieza del cartílago. “Fue un error”, confiesa ahora. Ya en Madrid volvió a operarse, pero en quirófano se le desmoronó la nariz. “Tuvo que reconstruirla intentando acordarse de cómo era. Hubo un momento de pánico cuando se desmoronó la nariz entera y todos quisieron salir corriendo de allí porque no sabían qué hacer. Intentaron recordarme y me sacaron todo el cartílago que pudieron de mis orejas para reconstruírmela”, explica.
“Miguel y yo nos habíamos enamorado”
En la presentación del libro, Preysler ha reconocido que el gran amor de su vida fue Miguel Boyer, con quien estuvo casada hasta el fallecimiento del exministro en 2014. Desvela que comenzó su relación cuando todavía estaba casada con Carlos Falcó. “Miguel y yo nos habíamos enamorado. Había ocurrido sin que ninguno de los dos los planeáramos y, desde luego, sin querer provocar ningún sufrimiento. Evidentemente, no pude evitar que Carlos se sintiera traicionado y dolido al enterarse de nuestra relación. Tuvimos una conversación tensa y triste, comprendimos que nuestro matrimonio había terminado y nuestro mundo se rompió en mil pedazos”.
“Tenía la ridícula obsesión de pensar y creer que todo el mundo se enamoraba de mí”
Pese a que fue la relación más larga de la socialité, no fue fácil: “Si hago balance de mi matrimonio, Miguel y yo logramos ser muy felices, aunque no todo fue un camino de rosas”. La inseguridad del exminitro ante las relaciones sociales de su pareja marcarían un antes y un después: “Tenía la ridícula obsesión de pensar y creer que todo el mundo se enamoraba de mí. Con los años, los celos se acrecentaron. No podía soportar que yo me riera con alguien que no fuera él. En una ocasión le rogué que acudiera al psiquiatra para solucionarlo”. Y continúa: “Muchas veces tenía que llamar a nuestros amigos, con los que habíamos salido a cenar o de fiesta, para pedirles perdón por las escenas que le montaba”. Finalmente, tuvo que acudir a terapia.
“Prefiero no hablar sobre lo muchísimo que sufrió Tamara con la ruptura por la infidelidad”
En 2022, el anuncio de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva marcó un antes y un después. Horas después de hacerse oficial la pedida, se publicaron unas imágenes del empresario siéndole infiel a la marquesa de Griñón. Meses más tarde, en diciembre, anunciarían su reconciliación. “Prefiero no hablar sobre lo muchísimo que sufrió Tamara con la ruptura por la infidelidad y todo el escándalo que se organizó alrededor de ella. De no haber sido por todos nosotros, no lo habría superado. Decidió perdonarle porque, según ella, el perdón es un don que recibe de Dios”.
“Tú estás muy mal educado”
Uno de los objetivos de esta autobiografía era desmentir todas aquellas informaciones que durante años se han dicho en los medios de comunicación y que, según ella, no se corresponden a la realidad. Para hacer frente a las críticas, Preysler ha decidido publicar ocho cartas que Mario Vargas Llosa le envió durante sus ocho años de relación. También incluye la misiva con la que decidió romper su relación con el escritor. “Estoy acostumbrada desde siempre a vivir en un hogar rodeada de gente amable, cariñosa, desinteresada, nada egoísta y, sobre todo, educada. El origen social y el nivel económico diferente en dos personas que deciden vivir juntas no tiene importancia. Lo que de verdad hace imposible la convivencia es la mala educación y tú estás muy mal educado [...] Te reproché entonces tu egoísmo y tu mala educación, a pesar de que debido a tu soberbia ni siquiera me pediste perdón”.
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