Nadie se apunta a refundar el catalanismo con Artur Mas
"La propuesta no es aplicable a Unió", afirma Duran Lleida
Ningún partido político, ni siquiera su socio de Unió Democràtica, suscribió ayer la invitación del convergente Artur Mas de refundar las bases ideológicas del catalanismo y constituir, si llegara el caso, una formación que aglutinase nacionalistas de distinto signo ideológico. Las formaciones de la izquierda (PSC, ERC e ICV) enmarcaron la propuesta en la "desorientación" ideológica y estratégica que invade a los convergentes desde que no gobiernan la Generalitat. Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió, recordó que lleva más de 10 años aportando nuevas ideas al catalanismo, pero sin alejarse del ideario democristiano. "En Unió no caben catalanistas liberales, socialdemócratas ni marxistas", afirmó en una entrevista en Catalunya Ràdio.
"Antes de construir la casa grande del catalanismo que ordene su casa", dice Iceta
Ayer nadie se tomó en serio la propuesta de Mas. Sobre todo porque, como admitió el número dos convergente, Felip Puig, el único objetivo es recuperar para Convergència la posición de pal de paller y que "los catalanistas" -léase CDC, como bien apuntó el socialista Miquel Iceta- recuperen la Generalitat. Así que socialistas, republicanos, ecosocialistas y populares desdeñaron a Artur Mas al entender que se trataba de una maniobra meramente táctica.
Duran se expresó entre mordaz y sorprendido. Admitió su asombro por el anuncio porque dijo desconocer que su compañero de federación quisiera "refundar" el catalanismo. Y advirtió de que Unió no participará de una idea de la que no ha sido consultado y con la que ni siquiera comulga. Ahí se queda Mas, vino a decir, con sus intenciones de ensanchar las bases ideológicas y convertir Convergència en la "casa común del catalanismo". Ya lo fue, recordó, en tiempos de Jordi Pujol y a CiU no le iba tan mal. "A mí esto no me quita el sueño. No es aplicable a Unió", abundó para desentenderse de su socio.
"Unió es un partido nacionalista con un ideario concreto y yo creo en la propuesta de renovación del catalanismo con bases del siglo XX y hace tiempo que la predico (...) pero en Unió no caben catalanistas liberales, socialdemócratas ni marxistas", remachó Duran en la misma entrevista.
El portavoz socialista Miquel Iceta conminó al líder convergente a que antes de construir la casa grande del catalanismo "ponga orden en su casa de los líos", es decir, que convenza primero a Unió Democràtica y a las facciones soberanistas que han aflorado en Convergència. "Es muy difícil que consiga convencer a más gente de la bondad de este proyecto nada definido si antes no ha convencido ni tan sólo a sus socios de federación", comentó.
El dirigente socialista se mostró molesto porque Mas y Puig cuestionaran el catalanismo de los partidos del Gobierno de la Generalitat. "En el actual Gobierno hay tres catalanismos, los que representan PSC, ERC e ICV-EU". "Es un gravísimo error", denunció, "pretender monopolizar el sentimiento catalanista desde una sola fuerza política porque no significa sólo injuriar a los demás, sino un pésimo servicio al país".
"Afortunadamente, en Cataluña hay algo más que catalanistas y no catalanistas", apuntó Dolors Camats, de Iniciativa per Catalunya, quien también inscribió la oferta de Mas como una huida para disimular "su falta de liderazgo y los problemas internos".
Idéntico diagnóstico realizó el consejero de la Vicepresidencia, Josep Lluís Carod. Precisó que el Gobierno no había tratado este tema pero que, en cualquier caso, lo creía "partidista". El portavoz de ERC, Joan Ridao, se mostró más irónico y apuntó que la propuesta de constituir partidos más amplios ideológicamente, lanzada por Mas y también por Pasqual Maragall, "parece un reagrupamiento de autonomistas fracasados".
El popular Daniel Sirera, por el contrario, obvió este debate e invitó a Duran a marcharse de CiU si no comparte sus posiciones soberanistas.
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