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ESTA SEMANA
Columna
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Perplejidades

La apertura del curso viene precedida de un buen cúmulo de perplejidades. En primer lugar, resulta chocante el victimismo de Cataluña y máxime visto el fenómeno desde aquí. Se consideran marginados olvidando que siempre han sido unos privilegiados en el reparto de los dineros, tanto con el PP como con el PSOE. Pero más contradictorio puede ser el espectáculo de los populares, que recusan a Magdalena Álvarez por estimar que no atiende a la comunidad catalana mientras que aquí la critican acusándola de primar a los catalanes en detrimento de los andaluces. Perplejidad ha causado, también, conocer cómo los del PA, agradecidos, homenajearon a CiU, que ni siquiera se dignó a asumir ni una de las tesis andalucistas sobre la reforma del Estatuto. Claro que las altas temperaturas dan para más. Por ejemplo, para volver a escuchar a los dirigentes del SOC justificando, abiertamente, la violencia. Además, crearán un sindicato alternativo. Sería bueno que explicaran tanto sus fuentes de financiación como su ideario político para comprobar si mantienen esas tesis antidemocráticas de algunos de sus impulsores. Se trata de una nueva herramienta que vendrá muy bien a aquéllos que hacen ascos al acuerdo y que prefieren las barricadas, siempre que vayan en contra de los socialistas, tal y como se ha comprobado con la ofensiva que ha tenido que soportar estos días el presidente del comité de empresa de Delphi, Antonio Pina. Para mayor asombro, Javier Arenas anunciaba un verano movido por lo que, con los primeros incendios forestales, se apresuraba a decir, sin cortarse lo más mínimo, "que Andalucía arde por los cuatro costados".

Una vez más, el líder del PP no acertaba en sus apocalípticos anuncios. Para colmo, a Zapatero se le ocurre pasar parte de sus vacaciones en Doñana sin que hayan podido ver en este gesto nada positivo, ni siquiera cuando visitó el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, cosa que no hizo ni González ni tampoco, por supuesto, Aznar. Este último, en sus paseos por Andalucía, se dedicaba más bien a abroncar a los empresarios. Así las cosas, mejor es que comience, esta semana, la normal actividad política porque lo que dejamos atrás es, realmente, para olvidar.

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