Búsqueda fotográfica
Cuando los autores gráficos tratan de encontrar un estilo personal ensayan con distintos tipos de imágenes hasta encontrar una formula que les satisfaga. Son etapas farragosas donde se entrecruzan las ocurrencias más atrevidas. Después llega el momento de criba y, cuando se aparta la paja, cabe la posibilidad que aparezca algo original. La operación puede durar años sin dar con la solución apetecida y en estas circunstancias el autor puede atreverse a mostrar en público un revoltijo de todas sus experiencias
Este tipo de exposiciones pueden generar sorpresa. Los espectadores pueden encontrar en las imágenes que se muestran valores que el propio autor no termina de palpar. Con todo, son ensayos muy arriesgados que, al mostrar de manera sincera y descarnada una trayectoria de búsqueda, pueden hallar dificultades en obtener los aplausos deseados.
Dentro de esta complejidad parece moverse el trabajo que presenta Beatriz Colina en Vitoria. Lo titula sencillamente Fotografías. Con ello da por sobreentendido que no se trata de un tema concreto. Son 14 imágenes en blanco y negro de tamaño intermedio. Podrían encuadrarse en el genero del paisaje urbano, aunque no dejan clara ninguna unidad de espacio ni de criterio al realizar la toma. Cada una de ellas campa a su libre albedrío.
Así, encontramos de pronto un montaje donde se superponen los ojos y la nariz de lo que parece una mujer sobre una pared de bloques de hormigón. Junto a ella, el detalle de una escultura tallada en piedra donde dos rostros intentan fundir sus labios en un beso. También es piedra el detalle de una calle de adoquines cuya forma rectangular destaca por la luz que incide sobre ellos.
En otro orden de cosas dispersas, puede verse un trozo de la barandilla del Guggenheim marcando una sombra intensa por el paseo que rodea el estanque artificial del edificio, un intento de juego geométrico de interés. La ventana de un edificio de aspecto ruinoso resulta un recurso un tanto manido desde hace décadas, lo mismo que las grúas con pico de cigüeña de un astillero de los que tan bellos ejemplos se han visto en el País Vasco.
La escultura de Oteiza frente al Ayuntamiento de Bilbao desperdigada en una vista general o el detalle de una silla destartalada sin asiento donde apoyar las nalgas son otras de las piezas mostradas. Mejor ordenada, esta exposición hubiese evitado ciertas contrariedades a los aficionados.
Fotografías. Beatriz Colina. Espacio de los Mundos. Independencia, 14; Vitoria. Hasta el 8 de septiembre. Horarios: laborables, de 9.00 a 23.00; sábados y festivos, de 11.00 a 24.00.
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