Soderbergh planta Bolivia en el centro de Madrid
La tranquila plaza Villa de París de Madrid, donde está el Tribunal Supremo, se convirtió por unas horas en la sede del Gobierno de La Paz, la capital de Bolivia, a finales de los cincuenta. Por la mañana llegaron los modelos antiguos de Mercedes. Luego, figurantes vestidos de militares, de periodistas de época -con esas cámaras de fotos de las que sobresale un enorme flash- y decenas de personas con walkie-talkie. Steven Soderbergh, el director de Traffic, está rodando en Madrid parte de su película sobre el Che Guevara. Iba con una gorra negra, camiseta y sus gafas de pasta. Algunos de los pocos viandantes que en pleno agosto pasaban por allí observaban asombrados la escena y esperaban ver al protagonista, Benicio del Toro. Pero no ocurrió. Ayer no le tocaba. En una de las escenas rodadas ayer, un agente de la CIA sale de un coche, mira el reloj y entra en el edificio con un sospechoso maletín; en otra, los militares aseguran a los reporteros que capturarán al Che "vivo o muerto".
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