Alevines en jaulas marinas

En el puerto de Arenys de Mar (Barcelona), unas estructuras de tubos ensamblados llaman la atención. Tales artefactos pertenecen a la empresa Cultivius y, según explica Eduard Jarque, uno de los socios de la compañía, son un novedoso sistema de cultivo para engordar rodaballos en mar abierto y comerciarlos en el mercado.

Cultivius tiene instaladas nueve jaulas en el puerto barcelonés de Arenys de Mar en las que este año se han producido 15 toneladas de pescado

Los alevines llegan con un peso de nueve gramos y salen al mercado con entre uno y dos kilos, tras un periodo de cultivo de 16 meses

Llegados desde diferentes campos del saber y de la empresa, siete socios, allá por el año 2004 y cuando el sector de las pesquerías de cultivo estaba viviendo una profunda crisis -"la sobreproducción hizo bajar mucho los precios"-, detectaron la posibilidad de cultivar rodaballos... mar adentro. La posibilidad existía, pero necesitaban dar con una especie que aún mantuviera un aceptable margen comercial. El rodaballo parecía adecuado, pero había una dificultad que solventar: la especie siempre se había criado en piscinas instaladas en tierra y, si se querían reducir gastos, no había más remedio que irse a mar abierto.

Se hizo... y así es como comenzó la historia de Cultivius -"vimos que, de esta forma, podríamos abaratar, de manera significativa, los elevados costes de la cría en alta mar: infraestructura, personal en tres turnos, suministro de electricidad y oxígeno...". Pero la experiencia y el estudio de las especies cultivadas de este modo decía que merecía la pena probar -"está comprobado que, alejando las instalaciones de la costa, la capacidad de producción aumenta, el agua se renueva sola... en definitiva, que los costes disminuyen en igual medida que los beneficios aumentan".

Primeros pasos

Sin embargo, los primeros pasos demostraron que de la teoría a la práctica siempre hay un trecho... a menudo, largo en exceso -"mucha gente dudó que nuestro proyecto fuera viable, sobretodo por el tema de la temperatura del agua. Hay que tener en cuenta que la crianza de este pescado es más propia del Cantábrico que del Mediterráneo. No hay más que ver que el 80% de la población mundial de rodaballo está concentrada en Galicia".

Y en verdad que casi a cada nuevo paso dado se sucedían nuevos retos que superar -"por ejemplo, en las primeras fases de diseño de las jaulas aparecieron fallos en la composición de sus materiales, lo que se tradujo en roturas, fugas de peces...". Poco a poco, las dificultades se fueron solventando -"por ejemplo, tuvimos que modificar el diseño de las jaulas pues, aunque no lo parezca, el mar llega a remover el fondo a una profundidad de 30 metros".

Actualmente, Cultivius tiene instaladas -"aproximadamente a 1,5 kilómetros de la costa"- nueve jaulas de 144 metros cuadrados, en las que este año han producido 15 toneladas de pescado -"esperamos alcanzar las 90 toneladas el próximo año y, en un plazo de cuatro o cinco ejercicios, llegar a una producción anual media de unas 200 toneladas".

Por el momento, la meta es conseguir que los alevines que llegan a las jaulas, con un peso de unos nueve gramos -"los traemos de Galicia y del norte de Francia"-, saldrán al mercado con entre uno y dos kilos de peso -"esto lo estamos consiguiendo tras un periodo de cultivo de 16 meses. Podríamos conseguir pesos mayores, pero, para una empresa de nuestro tamaño, eso es inviable. Además de tener que alargar el tiempo de crianza, cada día de más que el pez pasa en el agua, aumenta el riesgo de temporales, enfermedades...".

Sin embargo, esta pequeña diferencia de peso con respecto a los rodaballos capturados salvajes no parece haber provocado el disgusto del mercado -"nuestros pescados se están vendiendo casi un 50% más caro que el resto de sus congéneres de cultivo". La razón, aparte de la alta calidad del producto, está en que Cultivius ha diseñado un sistema de captura y comercialización que permite que el pez llegue vivo al consumidor- "utilizamos un embalado especial y la propuesta ha tenido una gran aceptación".

Perspectivas realistas

Estas perspectivas económicas son realistas y alcanzables... -"a partir de este punto, ya podemos pensar en una ampliación de capital, en la participación de un socio financiero que nos permita comprobar cual es nuestro límite real". Según opinión de Jarque, con una mayor capacidad financiera se podría encarar una mayor tecnificación del sistema de crianza, vigilancia y recogida- "ahora mismo, ante la aparición de cualquier problema, tenemos una capacidad de reacción limitada. Por ejemplo, si una de las jaulas se daña, tienen que bajar los buzos a repararlo... y evidentemente, a 30 metros de profundidad, el tiempo de inmersión y trabajo es limitado". Con una mayor disponibilidad económica podría enfrentarse la instalación de alguno de los prototipos ya desarrollados por Cultivius -"en colaboración con una empresa catalana, hemos patentado un sistema de control basado en cámaras submarinas capaces, en caso de que surja alguna dificultad, de enviar una señal de aviso a tierra"-.