Frank Rosenfelt, ejecutivo de los estudios Metro Goldwyn Mayer
Produjo las películas 'Network' y 'Doctor Zhivago'
Rosenfelt había nacido en Peabody (Massachusetts) en 1921, pero creció en lo que él siempre definió como "un agujero del Bronx", donde su pasión por el violín le ayudó a sobrevivir a los malos tiempos. Sirvió durante la II Guerra Mundial a las órdenes del célebre general George S. Patton y tras su regreso a Estados Unidos se graduó como abogado en la Cornell University Law School. Inmediatamente comenzó a trabajar para los estudios RKO y en 1955 fue contratado por MGM.
En 1969 llegó a consejero y cuatro años después ya era presidente de la empresa desde donde impulsó la producción de películas de corte independiente que abrieron nuevos horizontes en el cine y marcaron época como 2001, Odisea en el espacio, del director Stanley Kubrick.
Entre sus grandes logros estuvo la compra de los derechos del libro Doctor Zivago, de Borís Pasternak, de manos del productor italiano Carlo Ponti. Aquella superproducción fue llevada al cine en 1965 y fue uno de los grandes éxitos de MGM.
Una de sus mayores decepciones fue no conseguir el Oscar a la mejor película por Network, un filme inteligente y visionario dirigido por Sidney Lumet que, quizá mejor que ningún otro, se adelantó a los tiempos y lanzó una mirada profética sobre el futuro de la televisión.
Aquella película, protagonizada por Faye Dunaway, Peter Finch y William Holden, era la favorita en las quinielas de los Oscar de 1976, con 10 candidaturas. Sin embargo, pese a llevarse cuatro estatuillas, la comercial Rocky le robó el Oscar a la mejor producción del año. "Desde entonces se prohibió terminantemente nombrar Rocky en su presencia en casa", relataba tras su muerte su nieta Stacey Lubliner.
Rosenfelt también fue el supervisor de la compra en 1981 de United Artists (UA), otro de los estudios legendarios de Hollywood que pese a diversos proyectos fracasados que casi le llevan a la ruina, como Heaven's Gate, poseía una cadena de teatros que Rosenfelt consideró importante para expandir los horizontes MGM.
Casi al mismo tiempo convencía al propietario de MGM, Kirk Kerkorian, para que dividiera la empresa en dos: una dedicada al negocio hotelero y de los casinos y la otra a la producción de películas.
Kerkorian había unido con éxito la marca MGM a sus inversiones hoteleras en Las Vegas tras adquirir los estudios en 1969, pero Rosenfelt temía que eso hubiera hecho perderle el respeto a estos míticos estudios y él lo que quería era producir buenos filmes.
"La percepción era que teníamos una empresa hotelera que además hacía películas. Lo que había que intentar es que los productores que no conseguían cerrar sus negocios con Fox o con Warner Brothers también pensaran en MGM", declaró en una entrevista en el diario británico The Times.
Así consiguió aumentar la producción y también potenció la utilización del catálogo de MGM apoyándose en las nuevas tecnologías -tanto la televisión como el vídeo-. Su filosofía podría resumirse en esta frase: "No tengo ni un destornillador. Ni siquiera sé cómo funciona mi televisión. Lo único que sé es que ellos necesitan programación y yo la tengo. Lo único que me importa es que se trata de mis productos y que me pagan por ellos", dijo en otra entrevista con The New York Times.-
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