Cinco panoramas para soñar
No están todos los que son, pero estos cinco destinos reúnen algunos de los paisajes más conmovedores del planeta. Montañas, glaciares, desiertos, islas y selvas que trazan un mapa de los sueños viajeros.
1 Un icono americano
Los descomunales monolitos de roca, cascadas, lagos y gigantescas secuoyas (alguna de hasta 2.500 años de antigüedad) de Yosemite (Estados Unidos) alcanzan una dimensión épica en el suntuoso blanco y negro del maestro de la fotografía Ansel Adams (San Francisco, 1902-Carmel, 1984). Una naturaleza prístina y salvaje que también ha inspirado a artistas contemporáneos como el estadounidense Wayne Thiebaud y el británico David Hockney.
Declarado parque nacional en 1890, Yosemite cubre un área de más de 3.000 kilómetros cuadrados en las laderas orientales de la Sierra Nevada de California. Cada año, este icono americano es visitado por más de tres millones de personas (aunque la mayoría se queda en el valle de Yosemite, que representa tan sólo el 1% del área total). Las mejores vistas del parque se obtienen en el Inspiration Point Trail, una ruta panorámica de cuatro kilómetros.
- www.yosemitepark.com.
2 Bahías en el paraíso
El sueño de los mares del sur, el paraíso "tatuado con agujas de nácar" que sedujo a Stevenson y atrapó a Gauguin y a Jacques Brel, se condensa en las islas de Moorea y Bora-Bora, en la Polinesia Francesa, con bahías como Aharoa, Opunohu y Cook, consideradas entre las más bellas del mundo.
- www.tahiti-tourisme.fr.
3 El lugar donde nace la lluvia
"Esta cordillera nevada, pura, deslumbrante, sumergida en las profundidades infinitas de un cielo opalino que cambia de color según las horas, es un espectáculo maravilloso hasta en el atardecer y con la noche cerrada". Así describió Henry Stanley, el primer occidental que vio -aunque de lejos- las Montañas de la Luna de las que hablaba el geógrafo griego Tolomeo, las legendarias nieves ecuatoriales que alimentan las fuentes del Nilo. El macizo del Ruwenzori, "el lugar donde nace la lluvia", se eleva por encima de los 5.000 metros en la región africana de los Grandes Lagos, en la frontera entre Uganda y la República Democrática del Congo. Sus brumas perpetuas ocultan un mundo extraño y fascinante, alejado de los flujos turísticos: flores (lobelias y senecios) que alcanzan el porte de árboles, glaciares cubiertos de cenizas volcánicas y fantasmagóricos bosques lluviosos cubiertos de una esponja de musgo de más de un metro de espesor. La dura ascensión lleva un mínimo de cinco días y se puede realizar tanto por Uganda como por la República Democrática del Congo, aunque los problemas políticos en este último país impiden el viaje. La cordillera tiene su prolongación hacia el suroeste del lago Eduardo, en la cadena de volcanes del parque nacional de los Virunga, el hábitat de los últimos gorilas de montaña.
- www.visituganda.com.
4 Las torres del fin del mundo
Témpanos y ventisqueros de un azul eléctrico, cascadas, lagos glaciares y una dramática orografía de picachos y torres de granito negro modelan el parque nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Declarado en 1978 reserva de la biosfera, ocupa una superficie de 242.000 hectáreas en torno a la cordillera del Paine, y es el hábitat de especies como guanacos, ñandúes, zorros, cóndores, armadillos y pumas.
- www.torresdelpaine.com.
5 Jardines submarinos
Más de mil especies de peces, 450 variedades de coral y una infinita gama de colores que contrastan con la vacuidad monocroma del desierto del Sinaí pintan los mágicos paisajes submarinos del parque nacional Ras Mohamed, en Egipto. En esta zona del mar Rojo se encuentra uno de los arrecifes coralinos más espectaculares y mejor conservados del mundo. Se puede acceder a él desde la playa sin más equipo que unas gafas de bucear, tubo y aletas. Los buceadores titulados tienen no lejos de allí una cita imprescindible con el SS Thistlegorm, un carguero inglés de más de 100 metros de eslora hundido por los alemanes en 1941 que transportaba jeeps, armas y hasta motos con sidecar.
- www.rasmohamed.com.
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