Ciudad Real no quiere ser Madrid Sur

Al aeropuerto de Madrid Barajas le ha salido un competidor a más de 200 kilómetros de distancia. El futuro aeropuerto de Ciudad Real, el primero privado de España, se va a llamar también Madrid, concretamente Madrid Sur.

No importa que esté en otra comunidad autónoma y que a sus vecinos no les haga "ni pizca" de gracia. La empresa que lo gestiona, que ha invertido 1.100 millones de euros en la infraestructura, ha decidido dar un golpe de efecto de marketing y cambiar el nombre del aeródromo, hasta ahora Aeropuerto Don Quijote, a pocos meses de su puesta en marcha.

Pero por las calles de la ciudad manchega, que esta semana celebra las fiestas de su patrona la Virgen del Prado, la idea no parece tan brillante. Sus vecinos se sienten orgullosos de ser de la tierra del Quijote. "No somos una ciudad dormitorio de Madrid, no tenemos nada que ver con la capital", asegura Laura Ruiz, de 20 años. Reflexiona sentada en un banco de la plaza del Pilar que, como un símbolo más del espíritu manchego, está presidida por una estatua del caballero andante. Esta joven, que se siente "orgullosa" de ser culiparda (gentilicio popular de los de Ciudad Real), no comparte la estrategia empresarial. Su novio tampoco. "No somos un pueblo de Madrid", añade Pedro José Camacho, de 21 años.

Unos metros a la derecha de la estatua, el sentir es similar. "Ah, no. No me gusta ni pizca", comenta Josefa Redondo (53 años) con cara de enfado. "¿Y yo que tengo que ver con Madrid?", reflexiona la mujer. Su amiga Antonia Mohedano, de 76 años, tampoco lo aprueba: "Digo yo, que ya que nos vamos a quedar con los inconvenientes, como el ruido de los aviones y eso, también podríamos disfrutar de las ventajas, de dar un nombre internacional a nuestra ciudad gracias a su aeropuerto", añade con voz calmada.

El aeropuerto de Ciudad Real, a unos 12 kilómetros del centro de la ciudad, es un proyecto modelado durante más de diez años. Sus promotores son, entre otros, las Cajas de Ahorros de Castilla La Mancha, Huelva y Sevilla, el grupo Isolux, la Diputación y la Cámara de Comercio de Ciudad Real. Su presidente, Juan Antonio León, evitaba ayer hablar de polémica y restaba importancia a la opinión de sus conciudadanos. "Es marketing puro y duro, no hay más", comenta por teléfono. "Esto es el sur de Madrid, estamos a menos de una hora en AVE

[la Alta Velocidad conecta las dos ciudades en 50 minutos] y nos parecía un nombre interesante", según el presidente de la Cámara, que asegura que no está dispuesto a cambiar el nombre. "No creo que moleste a nadie, ni es nuestra intención, pero sobre todo tenemos que defender nuestros intereses después de tantos años de espera", añade. Pero reconoce que desde que cambiaron Don Quijote por Madrid Sur en junio, la demanda de los operadores "no ha subido especialmente".

La gestora espera alcanzar los 750.000 pasajeros en 2008 y superar los 2,5 millones en tres años. Ayer una portavoz del aeropuerto declinó facilitar más datos sobre las compañías de bajo coste con las que han cerrrado acuerdos para que operen desde Ciudad Real, el segundo aeropuerto de Castilla-La Mancha junto al de Albacete. Sólo adelantó que están "en conversaciones" con varias y que la apertura del aeródromo supondrá grandes ventajas para la ciudad.

En el Ayuntamiento lo ven de un modo similar. Ángel Amador, portavoz del grupo municipal socialista en la oposición, lo explicaba así: "Por el lado sentimental, estamos con el nombre del Quijote y con el de nuestra ciudad, pero no hemos querido hacer bandera con este asunto porque lo que necesitamos son infraestructuras". Este periódico intentó sin éxito recabar la versión del equipo de gobierno presidido por Rosa Romero (PP).

"No somos Madrid, somos manchegos y a mucha honra", valora Aurelio Borja, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Ciudad Real. "Nos gusta más lo del Quijote y estoy seguro de que ese es el nombre que usarán los vecinos, le pongan como le pongan". Pero también reconoce las ventajas que llevará una infraestructura como esa a una ciudad que vive del sector servicios. "Significa puestos de trabajo y dinero para Ciudad Real".

Sentado en la barra de un bar, Olivier Aranda, de 31 años, es el único de los vecinos consultados que hace un análisis más pragmático. "Seamos realistas, hay mucha gente que ni siquiera sabe poner Ciudad Real en el mapa y lo del Quijote es muy abstracto, así que no me parece mal, lo importante es que la gente venga", dice antes de dar un sorbo de cerveza con limón.

"Seguro que hay más de un despistado que se equivoca y aterriza aquí pensando que está en Madrid, menudo chasco", añade al debate Emilio Naranjo, un joven de 28 años que tiene las mismas cejas que Zapatero. "Es que ni siquiera estamos en la misma región", añade. Un ejemplo similar a lo que ocurre con el aeropuerto de Ciudad Real se da en el de Girona, conocido como Barcelona Norte, ene ste caso separados por 90 kilómetros. Un portavoz de Aena Barajas señaló ayer que no existe ningún problema de incompatibilidades con ese nombre.

Antonia Asensio, de 69 años, no termina de creérselo. "Ah, no, eso no puede ser", dice girando su cabeza rubia y su collar de perlas. Cuando la periodista le enseña el logotipo, donde aparece Madrid en letras grandes, un juego de líneas con Sur y en la esquina inferior Ciudad Real escrito bastante más pequeño, entiende que no se trata de una broma. "No lo entiendo, no puede ser, hacer esto en la tierra del Quijote", añade la mujer, que acaba de llevarse un disgusto.

Pedro Molina, culipardo de 54 años, ofrece otra solución: "Lo suyo sería que vendieran el nombre de esta tierra, ¿no?"