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Reportaje:

Los cabos sueltos del 'caso Madeleine'

Los resultados del ADN de la sangre encontrada se esperan hoy

María R. Sahuquillo

Claros, sombras y mucha especulación. La investigación del caso Madeleine -la niña que desapareció el pasado mes de mayo de un apartamento de un complejo turístico del sur de Portugal- tiene aún muchos cabos sueltos. La policía intenta tirar del hilo de las últimas pistas encontradas, que puedan arrojar algo de luz sobre qué le ocurrió a la pequeña Madeleine McCann.

Ahora todos los ojos están puestos en los resultados de las muestras de ADN tomadas de los rastros de sangre encontrada en el apartamento que ocupaba la familia McCann y donde la niña fue vista por última vez.

El ADN, que está siendo analizado en un laboratorio de Birmingham, será comparado con muestras que ha donado la familia McCann para tratar de determinar si la sangre pertenece a la pequeña desaparecida y también con una base de datos británica, que contiene más de cuatro millones de muestras.

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Los resultados de los análisis que, según Olegario da Sousa, inspector de la Policía Judicial Portuguesa, se esperan para finales de esta semana, probablemente hoy mismo, son decisivos para determinar si la niña murió o no dentro de la habitación que ocupaban los McCann en Praia da Luz, un pequeño pueblo del Algarve portugués. Pero estos no son "los únicos indicios disponibles", dijo ayer un portavoz de la Policía Judicial, que no quiso especificar a qué otras pistas se referían.

Una tesis que, según los agentes, prevalece ahora mismo sobre la del secuestro. Pero esta hipótesis no era la que se barajó al principio del trabajo policial. Al comienzo de la investigación la policía portuguesa manejó la opción de que Madeleine había salido del país. La frontera con España está a tan sólo dos horas en coche. Además, no se cerraron las fronteras hasta horas después de que se diese la voz de alarma de la desaparición de la pequeña. Tampoco es difícil salir del país en barco en una localidad costera como Praia da Luz. Esto llevó a Gerry y Kate McCann a Madrid para solicitar la colaboración de las autoridades y de los ciudadanos españoles, en una de las paradas de su gira internacional para encontrar a su hija, una visita que después se sucedió en otras ciudades españolas.

También se manejó la posibilidad de que la niña estuviera retenida por alguien en las cercanías de la vivienda donde fue vista por última vez. Portugal movilizó para su búsqueda a más de 200 policías sobre el terreno y un equipo de perros especialistas. "Fuimos buscando a una persona que en teoría estaba con vida, pero si estuviera muerta los perros también hubieran encontrado algún rastro, siempre que no llevase mucho tiempo fallecida", asegura Tiago Costa Pinto, comandante del destacamento de perros especialistas de la Guarda Nacional Republicana.

Varios equipos de perros estuvieron buscando a la pequeña de cuatro años por toda la zona desde el 4 al 18 de mayo. Sin embargo, aún se desconoce si encontraron alguna pista. Casi tres meses con ausencia de resultados y con muchos rumores sin confirmar llevaron a la policía a reorientar la investigación hacia la premisa del fallecimiento de la niña. Una teoría que, según la Policía Judicial portuguesa, nunca fue descartada, pero que no tenía tanta fuerza como ahora. Y una teoría que llevó a Praia da Luz a un cuerpo especializado de perros británicos entrenados en detectar rastros humanos de personas fallecidas, dos english springer spaniel -hembra y macho- que son capaces de detectar, según Costa Pinto, incluso huesos humanos. Fueron los dos perros británicos los que encontraron rastros en el apartamento que habían ocupado los McCann.

El hallazgo hizo que se volviese a desplegar un dispositivo de búsqueda de la niña, esta vez con la hipótesis de que probablemente estaba sin vida. Los perros rastreaban las cercanías de la vivienda y la playa ante la posibilidad de que Madeleine hubiera sido arrojada al mar. Los expertos aseguran que es improbable que un cuerpo sea enterrado en las cercanías de Praia da Luz, ya que el terreno es muy arenoso. Esto y el hecho de que la policía haya solicitado ayuda a dos expertos en corrientes marítimas de la Universidad de Faro, refuerza la posibilidad de que el cuerpo de la niña haya sido arrojado al mar.

"La mayoría de los objetos tirados o que caen al mar regresan, más tarde o más temprano a las playas, pero algunos no lo hacen jamás", reconoce Alvairninho Dias, uno de los expertos al que la policía ha solicitado su colaboración. "Hay pescadores que caen al mar y comienzan a ser alimento de los peces y nunca más son encontrados", dice Dias, quien sin embargo no puede comentar nada específico sobre el caso Madeleine porque lo tiene prohibido.

Kate y Gerry McCann, padres de la pequeña Madeleine, en Praia da Luz (Portugal).
Kate y Gerry McCann, padres de la pequeña Madeleine, en Praia da Luz (Portugal).CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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