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Reportaje:La batalla contra la siniestralidad vial

Radiografía de un agosto sangriento en las carreteras

La cifra de muertos crece un 27% sobre el mismo mes del año pasado al acumularse graves accidentes que han destruido familias enteras

Son las siete de la mañana. Un motorista de 26 años que circula por la carretera que une las localidades valencianas de Llíria y Casinos muere al salirse de la calzada. Al mediodía, un niño de seis años fallece en una colisión múltiple en Elche (Alicante), poco antes de que dos jóvenes no sobrevivan a un choque en el municipio gallego de Lalín, que también causa cuatro heridos. Ayer les tocó a ellos. Si la estadística no falla, hoy morirán otros diez conductores o acompañantes, automovilistas o motoristas, mayores o menores de edad. Víctimas de un descuido, o de un desaprensivo que corre más de lo debido. O quizás por culpa de una carretera llena de curvas peligrosas o con el asfalto hecho trizas.

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La base de datos de la Dirección General de Tráfico revela que en los primeros 13 días de agosto murieron 132 personas en la carretera, un 27% más que en el mismo período de hace un año. En las últimas dos semanas, parece imposible que concluya un día sin que haya que lamentar una tragedia. Agosto es el mes de los desplazamientos largos y de los atascos kilométricos. Quizás por eso sea también el de los accidentes más graves, que a veces implican a vehículos en los que viajan familias enteras. El pasado martes, por ejemplo, un padre, una madre y sus dos hijos de 11 y 12 años se mataron en Silleda (Pontevedra).

Han caído españoles que marchaban de vacaciones, pero también inmigrantes que cruzaban la Península para volver a su país. Es el caso del matrimonio portugués y sus dos niñas de nueve años y 18 meses que el jueves de la semana pasada se empotraron contra un camión en Villaquejida (León) tras una colisión en cadena. Habían salido de Burdeos, la ciudad francesa en la que residían desde hacía seis años, en dirección a su pueblo, Ponte da Barca, al norte de Portugal. El padre, Paulo Jorge, conducía a velocidad excesiva y no pudo esquivar al vehículo pesado que se quedó trabado en la autovía. El impacto fue tan brutal que no pudieron salvarse pese a que iban a bordo de un coche tan seguro como un Audi A4. El mismo día, dos menores que viajaban sin los sistemas de retención infantil obligatorios fallecieron en la autopista AP-7, en Vandellòs (Tarragona) cuando su padre, que conducía el coche, perdió el control y se salió de la calzada.

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El suceso más grave del mes ocurrió el pasado lunes, cuando un autobús lleno de turistas volcó en Lopera (Jaén). Se saldó con cinco muertos y 44 heridos. Nueve de ellos continuaban ayer ingresados en hospitales de Jaén y Córdoba, seis en estado grave, tras darse dos nuevas altas, informa Ginés Donaire. La Guardia Civil continúa con la investigación para determinar las causas del accidente, aunque la primera hipótesis de trabajo sigue siendo la de una distracción del conductor. Ya se conocía que dio negativo en la prueba de alcoholemia a la que fue sometido, y ayer también se conoció que el tacógrafo del autobús siniestrado ha determinado que se viajaba a una velocidad "adecuada", inferior a los 120 kilómetros por hora, que es el límite máximo en autovía. El propio delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, avanzó el martes que en el accidente no habían intervenido elementos externos al propio autobús. El juzgado de Andujar instruye las diligencias, y no existe cargo alguno contra el conductor, de 33 años y con una experiencia acreditada, según informó la empresa propietaria, Autobuses Campano.

Al director general de Tráfico, Pere Navarro, le está costando digerir el parte diario de víctimas. Su departamento confiaba en que las últimas campañas de concienciación darían resultado. En las autovías, cientos de paneles avisaban de que en lo que va de año se han contabilizado más de 1.600 muertos. La DGT había amenazado con cazar a aquellos que corren demasiado mediante 100.000 controles de velocidad al día. También advirtió de que conducir con fatiga o sin casco es tremendamente peligroso. Pero el balance provisional del mes, con 28 fallecidos más que el año pasado, sugiere que las medidas no han funcionado.

Navarro, de todos modos, cree que asegurar que la política de seguridad vial está fracasando es ir demasiado lejos. "No se pueden valorar los datos en un plazo tan corto", puntualizó el responsable de la DGT, "porque el único dato que vale es el de final de año". Y esa cifra sí es positiva, porque en lo que va de 2007 han muerto 1.710 personas, el 10% menos que en 2006, cuando se contabilizaban 1.901. Por eso, Navarro está convencido de que el 1 de enero de 2008 podrá presumir de que las víctimas habrán descendido por cuarto año consecutivo. Además, siendo cierto que éste es un mes terrible en comparación con el de 2006, la impresión cambia si las cifras se cotejan con las de años atrás: 465 víctimas en todo el agosto de 2003, 356 en 2004, 323 en 2005 y 250 en 2006, que tuvo un agosto "especialmente bueno", según indica Navarro.

Aun así, el director general de Tráfico reconoce que queda "mucho por hacer" para conseguir que las carreteras sean un lugar más seguro. Una realidad que volvió a constatarse ayer, con otra jornada trufada de sucesos dramáticos que provocaron al menos 13 muertes. El de mayor gravedad se saldó con tres fallecidos y un herido en el kilómetro 179 de la A-4, a la altura de la entrada a San Pedro de Alcántara (Marbella). Ocurrió a las 6.35 horas, cuando el turismo en el que viajaban las víctimas, aparentemente, invadió el carril contrario y chocó lateralmente con un taxi.

Los fallecidos, dos mujeres y un bebé, pertenecían a la misma familia, y una cuarta persona, una mujer de 35 años que viajaba también en el turismo, resultó herida grave. Primero ingresó en el Hospital Costa del Sol (Marbella), aunque después fue trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Carlos Haya (Málaga). El taxista, que fue desplazado unos 30 metros por el impacto, resultó herido leve. La familia provenía de Madrid y se disponía a pasar unos días en Marbella en casa de unos amigos.

El otro accidente en el que murió un menor, un choque múltiple, sucedió sobre las 11.45 horas en la N-338, en Elche. La víctima tenía seis años, mientras que un hombre de 73 años y una mujer de 42 que viajaban en el mismo vehículo resultaron heridos graves. En Pontevedra, dos jóvenes de 26 y 24 años perdieron la vida y cuatro ciudadanos alemanes resultaron heridos al chocar dos turismos en la carretera PO-533, entre Lalín y el Alto do Faro. Y en Montijo (Badajoz), dos ancianos, de 74 y 71 años, murieron al ser atropellados por una furgoneta mientras paseaban por una pista de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. La Guardia Civil detuvo a las dos mujeres y al hombre de nacionalidad rumana que ocupaban el vehículo y que se dieron a la fuga.

Estado del coche accidentado ayer en Lalín (Pontevedra).
Estado del coche accidentado ayer en Lalín (Pontevedra).EFE
El director de la DGT, Pere Navarro.
El director de la DGT, Pere Navarro.C. ÁLVAREZ

Tráfico admite su "frustración"

Desde que accedió al cargo de director general de Tráfico en 2004, Pere Navarro se ha acostumbrado a que las cifras de siniestralidad vayan a la baja. Por eso, las nefastas estadísticas de este mes le duelen aún más. "Hay cierta frustración", reconoció ayer Navarro. Sobre todo porque la avalancha de siniestros mortales ha coincidido con una época en la que la DGT ha intensificado las campañas de concienciación y vigilancia. "Nadie nos podrá acusar de quedarnos parados", se defendió Navarro, que quiso restar trascendencia a los balances que "sólo" tienen en cuenta un plazo de dos semanas. "Igual que no quiero ser triunfalista cuando bajan las muertes, tampoco toca ahora rasgarse las vestiduras", dijo tras señalar que la lucha contra la siniestralidad "es larga".

Además, recordó que los malos datos de este mes se deben, en parte, a que se han producido "muchos accidentes múltiples". De hecho, el número de siniestros mortales (91 en agosto de 2006; 107 este año, un 16% más) no ha ascendido tanto como el de fallecidos.

En cualquier caso, el director general dejó claro que no piensa variar las líneas básicas de su política: "A largo plazo, educación y mejora de las infraestructuras. Y a corto, vigilancia y concienciación". ¿Y si, como este mes, algo falla? "Nadie dijo que fuera fácil", responde Navarro.

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