Un mar de orines tras la fiesta
Las barbacoas en la playa tras el trofeo Carranza generan problemas higiénicos y ecológicos
Más de 150.000 personas se concentrarán mañana por la noche, según las previsiones, en las playas de Cádiz, tras la final del trofeo veraniego de fútbol. Utilizarán la arena como cocina y el mar como vertedero. Son las barbacoas del Carranza. Esta concentración de personas y el uso que se hace del litoral generan daños en el medio ambiente y ocasionan riesgos sanitarios para los usuarios de las playas, a pesar de la intensa campaña de limpieza.
Casi 200 operarios recogerán unas 150 toneladas de basuras de las playas
Un estudio realizado por la empresa Tecnoambiente para la Jefatura de Costas concluyó el pasado año que "la presencia del evento supone un aumento importante y sensible en la contaminación microbiológica de las playas afectadas". De hecho, según el estudio, la concentración de estreptococos fecales alcanzó en los días posteriores a la celebración un nivel de hasta 80 Unidades Formadoras de Colonias (UFC) por gramo de arena, cuando en la jornada anterior a la celebración, la muestra había arrojado medidas insignificantes.
Asimismo, el estudio llama la atención sobre la concentración de cepas de coliformes fecales que, de cero, pasó a alcanzar en algunas zonas, niveles de 8.188 ufc/g. El estudio establecía que se trataba de una "situación temporal", ya que "la naturaleza de la dinámica microbiana y la radiación solar no tarda en reconducir las mediciones".
El informe fue criticado por los técnicos del Ayuntamiento. Llamaron la atención sobre la "falta de rigor" del documento por haber sido realizado con una metodología empleada habitualmente en mediciones para el entorno agrario. La propia empresa consultora advertía de que no había precedentes en este tipo de estudios.
Por su parte, las analíticas de las aguas de baño desarrolladas por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía también pusieron de manifiesto variaciones orgánicas con motivo de las barbacoas.
Un estudio microbiológico rutinario desarrollado cuatro días después de la celebración, desveló que el frente litoral gaditano de la playa de Santa María del Mar presentaba un nivel de concertación de 200 unidades de medición de estreptococos totales. El estudio anterior, desarrollado 10 días antes de la fiesta, señalaba la presencia de 40 unidades en la misma zona. A pesar del notable incremento, la cifra no suponía riesgo ya que Salud considera que niveles inferiores a 500 unidades no son dañinos para el ser humano.
Por el contrario, el biólogo y activista de Ecologistas en Acción Daniel López Marijuán advierte de un "claro peligro higiénico sanitario". "Hablamos de una cantidad ingente de personas haciendo sus necesidades y aportando al entorno mucha materia orgánica que convierten la playa en un caldo de cultivo bacteriano brutal y que provoca un riesgo de infección real. El peligro remanente de contaminación bacteriana persiste durante varios días", afirma. Marijuán acusa al Ayuntamiento, que preside la popular Teófila Martínez, de hacer "una auténtica dejación de funciones al no velar por la salud pública". Según el conservacionista, los usuarios de las playas en las fechas siguientes a la celebración están expuestos al riesgo de afecciones cutáneas y sarpullidos como consecuencia del estado higiénico en el que queda la zona: "Es un auténtico disparate y las administraciones deberían dar carpetazo a este asunto y evitar actividades tan atentatorias contra la salud pública y el equilibrio ambiental, pero parece que ya son incapaces".
En el caso del mar, la potente dinámica de mareas de la fachada atlántica andaluza tiene, según los expertos, un gran poder de disolución de los agentes contaminantes. De esta forma, pocos días después de la celebración el daño es mínimo en la costa, a pesar de que en la mañana siguiente al evento, la playa es, según López Marijuán, "un mar de orines".
La Jefatura de Costas de Cádiz ha llamado en los dos últimos años al Ayuntamiento a adoptar medidas con las que paliar los efectos de las barbacoas en el litoral. De hecho, el Consistorio ha logrado frenar algunas prácticas especialmente llamativas, como el traslado de muebles y enseres a la playa para hacer más cómoda la estancia y la parcelación de la arena para acotar el espacio de los grupos que conviven en el suelo público.
Costas ha solicitado este año al gobierno local que evite el uso de carbón sobre la arena y que reduzca el horario de la fiesta, que el pasado año quedó fijado en las seis de la mañana para permitir el comienzo de la campaña de limpieza. Martínez ha aceptado la primera de las dos recomendaciones, pero al mismo tiempo ha interpretado las llamadas de Costas como "ataques" políticos contra su gestión.
El pasado año, los 190 operarios activados para la limpieza de la playa recogieron 140 toneladas de basuras. A pesar de la limpieza exhaustiva y la oxigenación de las arenas, Costas estima que las playas pierden niveles de salubridad y calidad.
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