Desnudos de cuatro estrellas

El Hotel Vera Playa Club, el único naturista y de cuatro estrellas que existe en España, acaba de cumplir 18 años. La instalación, con piscina y acceso directo a la playa de Vera (Almería), celebra su mayoría de edad entre clientes que repiten asistencia en casi un 85% de los casos. Abierto de marzo a octubre, ofrece actividades para grupos y familias según la temporada en las que la piel se convierte en el traje que iguala a todos y deja a un lado roles y estatus sociales. Sólo en el restaurante, a partir de las 20.00, las prendas de vestir recuperan el protagonismo.

Juan Antonio y Geni es una pareja madrileña que lleva a gala ser "naturistas habituales" junto a su hija Andrea, de seis años. El verano pasado disfrutaron de unas vacaciones en la urbanización nudista de Costa Natura, en Estepona (Málaga) y este año han recalado por vez primera en el único hotel de España que permite ir sin bañador desde la misma recepción. Los tres se muestran encantados con el servicio recibido en Vera Playa Club. "Para nosotros es una forma de disfrutar más intensamente los períodos de relajación. Es como una forma de sentirte más libre", aprecia Juan Antonio. "Igual que te quitas ropa para ponerte el bañador, te quitas el bañador para no ponerte nada", apunta Geni. Esta familia madrileña comparte horas de juegos y animación con clientes como Patricia y Jacques, que cada año vuelan desde Francia hasta Almería y no perdonan un mes de agosto en el complejo veratense. "Venimos por el sol de España y nos gusta conocer gente. Si no hubiera actividades de animación seguro que no vendríamos", afirma Jacques. Las actividades a las que alude el francés son las habituales de cualquier complejo hotelero: clases de baile, yoga, aerobic, tiro con arco o estiramientos. El único matiz es que en el Vera Playa se practican sin ropa en todos los grupos de edades. El jefe de los animadores, conocido como Pacho (27 años), asegura que el naturismo consigue romper dogmas y normas sociales que "encorsetan" al individuo. "Para mí la diferencia es la actitud tanto del cliente como la nuestra. Hay muchas barreras y límites que marca la sociedad: un respecto con miedo que muchas veces ocultamos bajo la ropa", remacha el animador.