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Reportaje:

Oraciones en los 100 días sin Madeleine

La policía portuguesa admite que la niña británica puede estar muerta, pero sus padres mantienen la esperanza

María R. Sahuquillo

Han pasado ya cien días desde que la pequeña Madeleine fue vista por última vez y su caso aún está lejos de ser resuelto. Cada vez hay más interrogantes en torno a la desaparición de la pequeña, que veraneaba en el Algarve portugués junto a sus hermanos y sus padres. Ayer, el inspector jefe de la Policía Judicial portuguesa, Olegario Sousa, declaró a la cadena británica BBC que Madeleine McCann puede haber muerto.

Las pruebas encontradas en los últimos días, entre ellas el hallazgo de sangre en la habitación donde dormía la pequeña, dan "intensidad" a la posibilidad de que la pequeña esté muerta, según Sousa. Es la primera vez que la policía portuguesa hace este tipo de declaraciones y admite un cambio en su línea de investigación, que hasta entonces fue sobre un posible secuestro. Además, el portavoz policial aprovechó para desmentir las informaciones que apuntaban a los padres de la Madeleine como sospechosos.

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Los McCann, sin embargo, mantienen la esperanza de que su hija esté viva. Con una camiseta con la fotografía de la niña y una bolsa llena de pulseras amarillas, símbolo de apoyo a la búsqueda de su Madeleine, Gerry McCann entró ayer en la pequeña iglesia de Praia da Luz, acompañado de su esposa, Kate. Ambos de fuertes convicciones católicas, asistieron a una ceremonia para rezar por su hija y todos los niños desaparecidos del mundo, rodeados por cientos de personas, en su mayoría británicos, y muchos curiosos. "Hoy hace cien días que nuestra linda y preciosa niña fue secuestrada", dijo Kate al inicio de la misa, oficiada en inglés. "Gerry y yo, Sam y Emily [los hermanos de Madeleine], toda la familia y amigos, especialmente Madeleine, os agradecemos todo lo que habéis hecho y os pedimos que continuéis con vuestras oraciones", dijo Kate.

Los McCann, que siguen viviendo en Praia da Luz, abandonaron ayer la iglesia entre una nube de aplausos y vítores. "No creo que hayan sido ellos. Si no, no estarían buscando a la niña", comentaba a la salida de la ceremonia Katrin Horstink, una veraneante holandesa. Con un 80% de población residente inglesa y muchas familias con niños, las opiniones de los vecinos y los veraneantes de Praia da Luz están muy divididas. Muchos no comprenden cómo los McCann pudieron dejar a sus hijos solos en la habitación mientras ellos cenaban, momento en que desapareció Madeleine. Otros, sobre todo los británicos, no lo ven extraño y defienden a capa y espada la inocencia de los padres, inocencia que desde días atrás está siendo cuestionada. "Yo soy madre y comprendo lo que ha sucedido",

sostenía Julie Carson, una inglesa que veranea en Praia da Luz con sus dos hijos desde hace dos años, "es una desgracia que hayan secuestrado a la pequeña Maddie, pero nos podía haber pasado a cualquiera".

Kate y Gerry McCann salían ayer, entre los aplausos y vítores de la gente, de la misa por su hija y otros niños desaparecidos.
Kate y Gerry McCann salían ayer, entre los aplausos y vítores de la gente, de la misa por su hija y otros niños desaparecidos.AP

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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