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España "patrocinará" una unidad afgana para que 'limpie' su provincia de talibanes

Defensa pagará el cuartel, las armas, los vehículos y la instrucción de entre 170 y 700 soldados

Miguel González

Serán lo más parecido a las "tropas nómadas", las unidades formadas mayoritariamente por nativos que hasta su descolonización en 1975 aseguraron la presencia del Ejército español en los desiertos del Sáhara Occidental. Con la diferencia, no desdeñable, de que Afganistán es un país soberano. Por eso, el Ministerio de Defensa está negociando con su homólogo afgano el acuerdo técnico que definirá las condiciones del "patrocinio" de una unidad del Ejército afgano cuya primera misión será limpiar de talibanes la provincia de Badghis, donde opera el contingente español.

Los expertos calculan que el coste de la nueva unidad puede ir de 10 a 20 millones de euros
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El pasado viernes, una columna del Ejército afgano cayó en una emboscada a 90 kilómetros al norte de la capital provincial, Qal-e-Naw. Una sección española, con 27 efectivos, acudió en su auxilio y pidió el apoyo de los aviones de la OTAN. El balance, tras más de dos horas de combate, fue de siete militares afganos y 20 talibanes muertos. Los españoles resultaron ilesos. Este enfrentamiento, el más cruento que se ha producido desde la llegada de las tropas españolas a Afganistán, en 2002, demuestra que la insurgencia está sólidamente asentada en Badghis.

Sin embargo, el Ejército afgano no cuenta con ninguna unidad permanente en la zona. Los militares atacados el viernes estaban allí de manera temporal. Las únicas fuerzas locales de seguridad con que cuenta la provincia, que tiene la extensión de Galicia y medio millón de habitantes aproximadamente, son unos 250 policías poco disciplinados y peor equipados. Cuando el 9 de junio unos 150 insurgentes atacaron tres comisarías e incendiaron la alcaldía de distrito de Bala Murghab, los agentes huyeron en desbandada.

En enero pasado, durante su última visita a Afganistán, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, anunció que España aportaría 52 instructores para formar dos batallones del Ejército afgano, dentro de un programa de la OTAN conocido como OMLT?s (Equipos de Enlace e Instrucción Operativa, en sus siglas en inglés). Estos militares irán a Camp Stone, una base próxima a Herat, donde sustituirán a instructores de EE UU.

Pero ninguno de estos dos batallones se desplegará en Badghis. El Gobierno de Karzai ya ha decidido que lo harán en Herat. A pesar de que la escalada de violencia ya afecta también a esta provincia, una de las más pobres del país, su nombre no figura entre las prioridades de las autoridades de Kabul. Si España quiere que haya tropas locales junto al Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) español, deberá rascarse el bolsillo.

Eso es lo que supone, en términos diplomáticos, la fórmula del "patrocinio". España costeará todos los gastos de creación y sostenimiento de una unidad de infantería ligera del Nuevo Ejército Afgano (ANA) con base en Qal-e-Naw, cuya instrucción debe empezar en otoño para que esté operativa la próxima primavera.

Costear todos los gastos significa que España deberá financiar la construcción del acuartelamiento, la dotación del armamento, los vehículos, los uniformes, los equipos de combate, las comunicaciones, el material de mantenimiento y hasta la asistencia sanitaria. Inicialmente, se quiere formar una compañía, (es decir, entre 150 y 170 efectivos), para ampliarla progresivamente hasta un batallón (de 500 a 700).

Las principales incógnitas, que el ministro Alonso deberá despejar en el Congreso después del verano, son el coste del proyecto y el número de militares españoles implicados. Los expertos estiman que el presupuesto puede ir de cerca de diez millones de euros para la compañía hasta unos 20 para el batallón. Los militares españoles podrían rondar los 25, si se toma el modelo de los equipos de instrucción de la OTAN. Estos no se limitarán, sin embargo, al adiestramiento de las tropas afganas. También actuarán como asesores en logística, comunicaciones, administración, etcétera. Se pretende que el reclutamiento y la administración corran a cargo de los afganos, quienes progresivamente deberán asumir mayores responsabilidades sobre el sostenimiento y funcionamiento de la unidad.

Los pasados 23 y 25 de julio, sendas columnas de militares españoles y policías afganos fueron atacadas en el mismo lugar; a unos 40 kilómetros al noroeste de la base de Qal-e-Naw, en el límite de la zona pastún donde mandan señores de la guerra y narcotraficantes. Afortunadamente no hubo ningún herido.

"Lo lógico habría sido ir a por ellos. No esperar sentados a que ataquen de nuevo y confiar en que la próxima vez no tengan más suerte o mejor puntería", reconoce un mando español.

No obstante, las reglas de enfrentamiento de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad), de la que forman parte las tropas españolas, impiden ir a buscar a los talibanes en su escondrijo. "Podemos contestar si nos atacan, incluso perseguirlos, pero no tomar la iniciativa", agrega la misma fuente. Cuando esté lista, esa misión corresponderá a la nueva unidad del Ejército afgano. Con el patrocinio de los españoles.

Un soldado afgano inspecciona un coche en un control en Herat acompañado por un soldado español, al fondo.
Un soldado afgano inspecciona un coche en un control en Herat acompañado por un soldado español, al fondo.REUTERS

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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