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Reportaje:Un año de averías, huelgas y atascos

Los héroes del aeropuerto

Controladores aéreos, limpiadores, maleteros... todos hacen un esfuerzo especial en verano en El Prat

Amanda Mars

Un aeropuerto reproduce los esquemas de poder y dinero del mundo en general. Están los mileuristas, los seiscientoseuristas, los tresmileuristas y hasta los seismileuristas. Los que mueven maletas y los que manejan aviones. Los que sirven cafés y los que registran equipajes. Todos imprescindibles para que funcione la gran máquina y, en el caso de El Prat, todos muy conscientes del salto que este centro ha dado en los últimos años. Y estos días, con la operación salida de vacaciones.

Mercedes lo tiene claro. Lleva trabajando en la limpieza de las terminales desde 1999 y asegura que el cambio ha sido extraordinario. "No veas, qué diferencia desde entonces, ahora hay mucho más trabajo. Y espera con la nueva terminal [la T-Sur, que entrará en funcionamiento en 2009]. Estos días que ha habido tanto lío, se ha hecho bastante difícil limpiar", explica. Gana algo más de 800 euros mensuales por trabajar en el aeropuerto ocho horas diarias.

Cuando se le pregunta, Mercedes se declara satisfecha con su trabajo y lo que le reporta. Rodrigo González también, pero su función es muy distina. Tiene 45 años y es controlador aéreo en El Prat. Grosso modo, él y sus compañeros son los encargados de guiar a los aviones para que no choquen entre sí, ni en tierra ni en el aire. "El control aéreo es una toma de decisiones continua que adoptas tú solo, pero no se hace a tu libre albedrío, hay procedimientos muy estrictos en cada caso", explica.

Siete controladores y dos supervisores están activos continuamente y se reparten el trabajo en las pistas, la rodadura y los despegues. Cada uno va guiando al avión en un tramo, algo que se lleva a cabo en coordinación con el resto de aeropuertos. Los controladores van pasándose el avión unos a otros hasta llegar a su destino.

Cambian de puesto cada hora u hora y diez minutos para no perder la concentración, y hacen descansos estipulados para evitar la fatiga.

"Nos pagan por la responsabilidad que tenemos", dice zanjando la cuestión del jornal de los controladores aéreos. A este gremio, que accede su puesto tras una dura oposición, no le gusta hablar de su remuneración. Fuentes del sector aéreo lo cifran en unos 6.000 euros mensuales, pero nadie lo confirma.

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Ellos también han visto multiplicarse el número de vuelos y aviones. Igual que los controladores, los pilotos figuran entre los mejor situados del microcosmos que conforma un aeropuerto. De media, un comandante gana al año unos 187.000 euros brutos, pero las medidas distorsionan la realidad particular. En las compañías de bajo coste es frecuente embolsarse unos 80.000 euros anuales, aunque los honorarios varían en función del número de horas de vuelo (el máximo legal es de 900 anuales).

Pero los pilotos no son los que tienen que dar la cara ante los pasajeros en momentos de colapso. Albert, de 20 años, lleva trabajado desde junio para la compañía Vueling en los mostradores de facturación. Ya tiene un buen anecdotario que relatar: "La gente lleva más kilos de peso de los permitidos en el equipaje y te intentan convencer para que les dejes pasar, uno hasta me ofreció un billete de cinco euros para que no dijera nada".

Un bajo precio para sobornar a un trabajador, por muy mileurista que sea, como es el caso de Albert. Este joven no puede comparar con el trabajo de otros años en el aeropuerto, pero los dos meses que lleva en el oficio ya le han valido para comprobar que el verano es crítico para los pasajeros, por las prisas.

El Prat ha pasado de unos 20 millones de pasajeros en 2000 a 30 millones en 2006. Es decir, 10 millones más de tarjetas de embarque, muchos millones más de cafés y de maletas. Los trabajadores del servicio de tierra o handling, encargados de transportar las maletas de la terminal al avión y al revés, son también un buen termómetro para medir el crecimiento del aeropuerto barcelonés. "Ya trabajan en las condiciones más duras, con mucho frío en invierno, en las pistas y un calor asfixiante en verano", explica un delegado sindical. Este gremio rehúye hablar públicamente de su trabajo después de la ya famosa huelga ilegal que bloqueó El Prat el verano pasado.

Marisol, una peruana de 27 años que trabaja en una de las tiendas de prensa, no conoce los acontecimientos del 28 de julio de 2007. Tampoco suele saber qué días son especialmente complicados en Barcelona o se registran retrasos. "Lo que sí he notado estos días es que no paras de vender periódicos, revistas... de todo". Se embolsa 1.100 euros mensuales por su jornada de ocho horas y se declara muy contenta con el trabajo, "mucho más divertido que la tienda de decoración en la que estaba antes".

El que dice estar hasta el gorro es Abduh Shorid, de Bangladesh, que gana 650 euros por empujar carros todo el día y quiere mejorar el español para cambiar de trabajo. "En cuanto habré un poco mejor me podré ir a otro sitio", dice demostrando que aún tiene un largo camino por delante.

DE 'MILEURISTAS' A 'SEISMILEURISTAS'

Muchos trabajadores de la limpiezan ganan

una media de más de 800 euros mensuales si trabajan entre semana en El Prat, mientras que los fines

de semana están mejor pagados.

Los pilotos ganan de 185.000 a 80.000 euros al año, en función de la compañía y el número de horas

de vuelo que realicen.

El convenio sectorial de los trabajadores handling fija un mínimo anual de algo más de 11.000 euros,

que las compañías mejoran un tanto.

El sueldo de los controladores aéreos es todo

un misterio. Algunas fuentes del sector aéreo lo cifran en 6.000 euros, pero nadie lo confirma.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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