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Reportaje:

Héctor era Jeckyll y Hyde

El detenido por matar a la niña de Tenerife acusó del crimen a un compañero de trabajo con el que mantenía una buena relación

Héctor Fabio Franco Giraldo, el detenido como supuesto autor de la muerte de la niña Fernanda Fabiola Urzúa en Tenerife, acusó del crimen a un compañero de trabajo rumano con el que no tenía ningún tipo de enemistad. "Fue el primer nombre que le vino a la cabeza", señala uno de los investigadores de la Guardia Civil. "Cuando se habla con él es un chico normal en todo, excepto en lo referente a este crimen. Es una especie de Doctor Jeckyll y Míster Hyde", explica el mismo agente.

Héctor, colombiano, de 28 años, acabó confesándose autor del asesinato de Fernanda, una chica de 15 años de origen chileno, ocurrido la misma noche de su desaparición (el pasado 26 de julio) en un camino sin asfaltar que une los núcleos de La Estrella y El Fraile. Héctor había salido a dar una vuelta con su furgoneta Dodge cuando vio a la muchacha y la invitó a subir al vehículo. Ella se negó, pero él la obligó por la fuerza a hacerlo. La Guardia Civil calcula que la víctima sufrió 90 minutos de tortura hasta ser asesinada de una pedrada en la cabeza. El cadáver fue hallado, tapado con piedras y matorrales, justo una semana después de su desaparición.

"No nos extraña que su novia y amigos le consideren incapaz de cometer un crimen"
"Habla de todo como un chico normal, salvo del asesinato de la niña", dice un agente

Los guardias civiles del Área de Investigación de Playa de las Américas fueron quienes se hicieron cargo de las primeras pesquisas para aclarar el asesinato. Gracias a la rapidez con que actuaron, los agentes lograron saber que la noche de la desaparición de Fernanda habían circulado por esa zona un Opel Corsa, un Renault Twingo y una pick up Dodge, de color azul. Con esos datos, los investigadores rastrearon entre los vecinos que fueran propietarios de vehículos de esos modelos y así llegaron hasta Héctor Fabio Franco Giraldo, un colombiano que trabaja en la construcción de invernaderos, dueño de una furgoneta Dodge. Además, este individuo ya intentó raptar hace cinco años a una joven turista entre la Playa de los Cristianos y la Playa de las Américas y, si no lo consiguió, fue porque un vecino de la zona se lo impidió.

En días sucesivos se unieron a las pesquisas guardias de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Tenerife y especialistas en Homicidios de la Unidad Central Operativa (UCO), los mismos que hace unos meses aclararon la muerte de Miguel Grima, el alcalde de Fago (Huesca) asesinado en una emboscada en enero. En el caso de Tenerife también ha intervenido el Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil, quien también fue clave en el caso de Fago. Héctor Fabio Franco fue detenido el 1 de agosto como sospechoso número uno, ante los indicios reunidos contra él.

En los primeros momentos del interrogatorio, Héctor acusó del crimen de Fernanda a un rumano, compañero de trabajo en la construcción de invernaderos. No tenía contra él ningún tipo de enemistad, sino que incluso en más de una ocasión había tomado cervezas con él tras terminar la jornada laboral, a pesar de que trabajaban en distintas cuadrillas. Pero el hombre al que acusó Héctor "tenía una coartada perfecta" y fue descartado por completo.

Más tarde, ante las evidencias que le fueron presentadas, Héctor acabó confesando su autoría. "Lo contó todo con mucho detalle; su declaración encaja perfectamente con la reconstrucción que nosotros habíamos hecho a partir de las declaraciones de los testigos", señala un mando de la Guardia Civil. Relató cómo estaba conduciendo sin rumbo cuando vio casualmente a Fernanda en el camino y decidió mantener relaciones sexuales con ella. No estaba obsesionado con la chica ni jamás antes la había acosado, en contra de lo que se ha dicho en los últimos días. Un piercing de la muchacha, perdido durante el forcejeo en el interior del vehículo, fue una prueba más en contra del detenido.

El dictamen forense, que determina que no se consumó la violación, no es sin embargo concluyente acerca de si la víctima sufrió abusos sexuales, por lo que ahora hay que esperar a los resultados de unas pruebas analíticas en diversas prendas que la Guardia Civil intervino al presunto homicida.

"Es un hombre de hablar bajo y pausado, de apariencia absolutamente normal. Es capaz de conversar de cualquier cosa con tranquilidad, excepto en lo referente a la muerte de Fernanda Fabiola, un asunto con el que se pone muy nervioso. Tiene dos caras. No nos extraña que su novia y sus amigos le consideren incapaz de cometer un crimen de estas características", comenta uno de los investigadores de la Guardia Civil.

Sergio Urzúa, el padre de la niña asesinada, es obrero de la construcción, y su esposa, Fabiola, es artesana de vidrio. La familia, originaria de Viña del Mar (Chile), decidió trasladarse a Canarias en 2004 para tratar de mejorar su situación económica. Tres de los cuatro hermanos Urzúa ya habían partido antes a Europa a probar suerte y les había ido bien. Y uno de éstos, Gustavo, fue el que facilitó a Sergio trabajo en Tenerife, sin sospechar jamás el golpe que les iba a dar la vida.

Héctor Fabio Franco llega a los juzgados de Las Américas (Tenerife) el pasado viernes.
Héctor Fabio Franco llega a los juzgados de Las Américas (Tenerife) el pasado viernes.CLAUDIO ÁLVAREZ

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